Blanco reclama a los mandatarios locales que «den la cara» por el PSOE

La moral de los candidatos socialistas a los ayuntamientos no está para dar botes de alegría. El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, y el presidente del partido, Manuel Chaves, dieron muestras de ello en la convención municipal que este fin de semana celebra el partido en Sevilla con dos discursos destinados a combatir la desidia; la de los electores y también la propia. Porque aunque el número dos de la formación insista en que los ciudadanos saben distinguir lo que votan en cada cita electoral y sostenga que los aspirantes a alcaldes no tienen por qué pagar el malestar que han despertado las reformas del Gobierno, hay miedo. Las encuestas que manejan en el PSOE son poco halagüeñas. Sólo en Andalucía, se corre el riesgo de perder en todas y cada una de las capitales de provincia. En el 2007 sólo se salvaron Jerez y Algeciras, aunque posteriormente los socialistas consiguieron formar gobierno en Sevilla y Jaén. Y, en el mejor de los casos, según admiten fuentes de la dirección del partido, las cosas se quedarán como están.

El mensaje de Blanco fue claro: hay que eliminar de la mente todo pensamiento perdedor y hay que autoconvencerse de que las medidas impulsadas por José Luis Rodríguez Zapatero, gusten o no, son imprescindibles. «No nos hicimos socialistas para luchar contra las encuestas -dijo a los cerca de 2.000 asistentes al evento- nos hicimos socialistas para trabajar por las oportunidades de la gente y por eso hacemos lo que hay que hacer en el Gobierno».

El número dos del partido defendió que, «nada está perdido» ni siquiera -"como admiten con pesar destacados dirigentes del partido-" la ciudad de Barcelona. El problema es que a muchos les cuesta creer que la remontada es posible después de que se haya subido el IVA, se hayan recortado las inversiones públicas, se hayan congelado las pensiones o se haya abaratado el despido. Y ese es, para el estratega electoral del PSOE el peor cáncer, porque quien no cree posible recuperar el afecto de los ciudadanos no lucha por lograrlo.

Afecto con retorno. «En España -defendió- hay una mayoría social de progreso y la única garantía del PP para ganar es el desestimiento de nuestra gente, que no vayan a las urnas el 22 de mayo porque, si van, ganaremos», remarcó. Los sondeos arrojan, según afirma, un feliz dato al que agarrarse, y es que, aunque hay importantes fugas, existe muy poco trasvase de votos, es decir, que la mayoría de los desencantados no se han ido con el enemigo y cabe espera que aún se les pueda convencer. «No hay ninguna razón para arrugarse -insistió-, tenemos que seguir marcando la diferencia en lo que la mayoría social espera de nosotros, porque cuando hay problemas la ciudadanía mira hacia quien trabaja para resolverlos».