Balneario para curar el carbón
Villanueva de la Tercia abrirá, tras medio siglo, como hotel y planta embotelladora
El balneario de Villanueva de la Tercia, ayer, totalmente abandonado a la espera de que se restaure.
En su día, el agua del balneario de Villanueva de la Tercia curó dolencias reumáticas, intestinales, hipertensión y gota. Su próxima apertura, después de medio siglo cerrado, puede ser la mejor receta para dinamizar una zona azotada por la reconversión minera.
El Ministerio de Economía y Hacienda concedió la semana pasada, dentro del el marco del programa de incentivos regionales, una subvención de 204.863 euros a la empresa Alvisan, que lidera el proyecto de recuperación del balneario de Villanueva de la Tercia. Los promotores llevan trabajando ya cuatro años para sacar adelante un proyecto que consta de un moderno balneario con 60 habitaciones y una planta embotelladora que aproveche el agua sobrante. En total, según explica el alcalde de Villamanín, Óscar Gutiérrez (PP), el proyecto generará 40 puestos de trabajo con una inversión de seis millones de euros.
Hace ahora dos años, en febrero de 2009, la Consejería de Economía y Empleo declaró como mineral natural el agua del manantial conocido como Baños de Villanueva de la Tercia, con el aval del Instituto Geológico y Minero de España, la Agencia de Protección de la Salud y Seguridad Alimentaria y la Dirección General de Energía y Minas sobre las características físicas y químicas del agua.
Villanueva de la Tercia es conocida en toda la Montaña Central por sus aguas termales desde el siglo XIX. Sobre una de las puertas del edificio abandonado que se encuentra a la salida del pueblo en dirección a Asturias, una lápida recuerda a su gran promotor, el médico de Villamanín Roque Acevedo, que empezó a recomendarlas en 1848. Las aguas de Villanueva de la Tercia fueron declaradas de Utilidad Pública en 1928. El edificio se vino abajo en la Guerra Civil y aunque el balneario fue recuperado después de la contienda nacional, poco después cayó en el olvido y el abandono.
El agua brota a 28º grados centígrados.
El proyecto de Alvisán trata de dar continuidad a ese proyecto histórico de un balneario, que tendrá un restaurante y un hotel, con el aprovechamiento complementario de sus aguas para su embotellamiento y posterior comercialización. Para ello, según comenta el alcalde de Villamanín, se construirá un edificio de nueva planta.
El municipio de Villamanín tiene grandes potenciales turísticos, aunque apenas estén explotados. A diez kilómetros, en las cercanías del puerto de Pajares, se encuentra la estación invernal de Valgrande-Pajares, que gestiona el gobierno del Principado de Asturias.
Por otro lado, en Rodiezmo, se sitúa el embalse del mismo nombre, que también tiene un indudable potencial, en uno de los valles más hermosos de la provincia como es el de la Tercia.
A esos dos recursos se suma la rica gastronomía y su situación estratégica como puerta de Asturias, casi a la misma distancia de ciudades como León y Oviedo, y muy cerca también de Gijón y Avilés.