«El talante no me lo va a cambiar nadie, ni toda la derecha»

Zapatero indicó que las críticas no van a cambiar su forma de hacer política. «Tengo entrenamiento» para soportar los ataques, Mariano Rajoy, dijo, «me ha puesto a parir en el Parlamento, me ha puesto como chupa de domine», pero «el talante no me lo va a cambiar nadie, ni aunque toda la derecha se ponga a atacarme más cada día». Hizo un llamamiento, no obstante, para terminar con estos comportamientos y recuperar «el respeto» en la confrontación política porque se puede ser «adversario en las ideas» sin necesidad de faltar a nadie.

Y ya que estaba en Oviedo se preguntó «por qué la derecha se porta así en Asturias». Los populares, señaló, «son recurrentes y una y otra vez» se enzarzan en «peleas y fulanismos». Zapatero se refería al enfrentamiento entre el PP y su ex secretario general Francisco Álvarez Cascos, que dejó el partido al no ser elegido por la dirección nacional candidato a la Presidencia del Principado. Rememoró que no es nada nuevo porque esas disputas ya se produjeron en los años 90 entre el mismo Cascos, cuando era vicepresidente del Gobierno, y el entonces presidente asturiano, Sergio Marqués, que acabaron con la fractura del PP asturiano. «¡Tiene tela la cosa!», comentó antes de vaticinar que los asturianos quieren partidos «unidos» y así se comprobará en las urnas. El jefe del Ejecutivo tuvo también un recuerdo para el 30 aniversario del frustrado y «denigrante» golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Pidió no olvidar aquellos hechos ya que «un pueblo debe tener memoria», y, sobre todo, «los jóvenes» para que tengan conciencia de «la historia de éxito democrático, de progreso y de modernidad» que ha vivido España desde entonces.