Diario de León

arle

«Durante el primer mes mi mujer vino sola, hasta que decidí acercarme»

Victoria Álvarez, Jovino López y Marta Prieto, en la sede de Arle en León.

Victoria Álvarez, Jovino López y Marta Prieto, en la sede de Arle en León.

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Jovino López Pérez es el presidente de Alcohólicos Rehabilitados de León (Arle). Hace doce años que decidió cruzar el umbral de sus puertas y desde entonces «no he dejado de venir». Pero le costó mucho dar el paso. Primero fueron las permanentes mentiras a la familia: «Compraba el alcohol y lo escondía». Y las mentiras a sí mismo: «Si me pillaban bebiendo decía que eso no era alcohol».

Eso ocurría cuando sus hijos eran pequeños (8, 9 y 12 años) y muchas eran quienes encontraban las botellas: «Les pedía perdón y a la mañana siguiente volvía con mi tema: el alcohol». Durante tres años estuvo dando tumbos en consultas médicas y psiquiátricas. Hasta que un día su mujer, encaminada por un psiquiatra, se decidió a pedir ayuda en Arle, asociación que funciona en León desde 1971 y atiende a personas de toda la provincia.

«Durante un mes mi mujer vino sola a las terapias familias, hasta que decidí acercarme. Y aquí sigo». Se empezó a sentir rehabilitado cuando «perdí el miedo a decir que soy un enfermo alcohólico», cuando «subía a la asociación y no miraba para atrás a ver si me veía alguien».

Su vida empezó a cambiar: «Volví a sentirme yo que era lo que estaba ocultando», confiesa. Jovino García mantuvo su trabajo y, al margen del hábito alcohólico, no cambió sus costumbres habituales, algo que es infrecuente. La recuperación de la confianza y la relación familiar ha sido para él su mejor compensación.

El programa terapéutico por fases fue iniciado por el psiquiatra Valentín Rodríguez Melón, la trabajadora social Rosa Cobo y José Carlos Arias en los años 70. Con el tiempo se ha ido transformando y exportado a otras asociaciones.

Actualmente, lo más preocupante es la baja percepción del riesgo por parte de los jóvenes, que los padres miran para otro lado porque no reconocen que sus hijos puedan beber y la incorporación de las mujeres al consumo. En León se trabaja con grupos mixtos de hombres y mujeres aunque se intenta que las mujeres tomen más protagonismo en el mundo de la rehabilitación.

En Arle echan en falta un poco más de respaldo social. Cuando llega el Día sin Alcohol, que se celebra el 15 de noviembre, no encuentran políticos que se sumen a su causa como hacen habitualmente con otros colectivos de personas afectadas por enfermedades o con discapacidad.

El apoyo familiar se considera importante, pero no es imprescindible para entrar en la terapia. De hecho, cada vez son más las personas que acuden por su cuenta. El cambio de roles tiene mucho que ver: «Antes las mujeres aguantaban mucho más», señala la trabajadora social de Arle, Marta Prieto. Además de las terapias que realiza en el centro (1 hora y media a la semana) tiene un programa de intervención en la cárcel.

tracking