«Perdí trabajos por culpa del alcohol»

Cuando el año pasado Quique Torres decidió ingresar en un programa cerrado de rehabilitación para personas alcohólicas en Palencia «había tocado fondo», admite. Accidentes, controles positivos de alcoholemia, problemas con la familia... «Perdí varios trabajos por culpa del alcohol», reconoce.

Eligió entrar en Aldama porque «antes lo había intentado con psicólogos por mi cuenta», señala. Lo que más le costó de la este tratamiento fue «la llegada: me encontré con personas aún más hundidas que yo y en cierto modo me sentí un privilegiado. Yo llevaba tres meses sin consumir», aclara.

Se trata de un centro homologado por la Junta de Castilla y León para tratamientos en régimen cerrado. Cuando Quique Torres solicitó una plaza tuvo que esperar tres meses debido a la alta demanda. «Me enteré por Internet y lo solicité», apunta Torres. La duración de la terapia es de seis meses, aunque en su caso a los cuatro meses recibió el alta. Ahora está en el programa de seguimiento de Beda, en Ponferrada, donde ha pasado la primera y la segunda fase de forma muy rápida por su trayectoria.

«Es importante el refuerzo para que no se te olvide el problema que tienes», apunta. Su relación con el alcohol empezó a ser preocupante hace cuatro años. «Era bebedor de cubalibres, empezaba después de comer hasta que no podía más», admite.

Quique Torres está a punto de marcharse a Panamá para trabajar en la empresa de obra pública de la que es gerente su hermano. «Allí contactaré con algún grupo de alcohólicos porque es un problema que no se supera nunca».