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Más de medio millar de personas acuden a rehabilitación por alcoholismo en León

Las multas y los accidentes de tráfico incrementan la demanda de terapias para abandonar el alcohol

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ana gaitero | león
León

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Más de medio millar de personas, entre afectadas y familiares, acuden en León a los cuatro centros de rehabilitación del alcohol que gestionan otras tantas asociaciones de Alcohólicos Rehabilitados en León, Ponferrada, Bembibre y La Bañeza. Las primeras terapias surgieron, como autoayuda, en los años 70 del siglo XX. Actualmente son dirigidas por profesionales -”que trabajan o colaboran voluntariamente para las asociaciones-” y sigue siendo importante la implicación de las personas rehabilitadas.

El perfil de quienes demandan ayuda para dejar el alcohol está cambiando. «Cada vez son más jóvenes, es más frecuente el perfil de bebedores de fin de semana y personas que consumen otras drogas, como marihuana, tabaco y otras ilegales y los que presentan algún tipo de patología mental», señala Marta Prieto Arce, trabajadora social de Arle (Asociación Alcohólicos Rehabilitados de León).

La media de edad de las personas dependientes del alcohol que acuden a rehabilitación oscila entre los 25 y los 35 años, con un predominio de un 80% de hombres frente al 20% de mujeres, apunta María Bretaña Casado, terapeuta de Beda. La edad de inicio en el alcohol se sitúa en torno a los 13 años, aunque al programa de rehabilitación de la asociación berciana acuden personas desde los 23 a los 75 años.

Antes eran las familias las que empujaban a la persona alcohólica a la rehabilitación. Ahora, las multas y los accidentes de tráfico en los que el alcohol ha estado presente «son nuevos detonantes en la decisión de muchas personas de someterse a una terapia para abandonar el alcohol», añade Montse González, psicóloga en Arba (Alcohólicos Rehabilitados de La Bañeza), grupo que funciona tutelado por Beda, la Asociación de Alcohólicos del Bierzo. De hecho, la prescripción de acudir a un programa de rehabilitación aparece recogida en algunas sentencias dictadas en relación con delitos contra la seguridad del tráfico.

Esta asociación berciana, la única acreditada por la Junta de Castilla y León como centro terapéutico, tiene un convenio con la Gerencia de Atención Primaria del Bierzo para derivar casos de rehabilitación desde las consultas médicas.

Desde las asocaciones desmontan el estereotipo del alcohólico actual: «No son únicamente los borrachos que andan tirados por la calle, que raramente llegan a los programas terapéuticos», señala Victoria Álvarez, psicóloga de Arle.

También destapan el doble rasero con el que la sociedad mide al alcohol. «Es una droga culturalmente aceptada y se favorece el consumo social, pero se rechaza a las personas dependientes», insiste la trabajadora social de Arle.

Según la última encuesta del Observatorio Español sobre Drogas (2009-2010), «el consumo de alcohol se mantiene relativamente estable respecto a años anteriores aunque se observa un ligero repunte con respecto a 2007».

La ingesta de alcohol se concentra más en fines de semana y la bebida alcohólica más consumida es la cerveza. Un 11% de las personas consume alcohol a diario, el 63,3% consumió alcohol alguna vez durante los treinta días anteriores a la encuesta y el 78,7% había ingerido alcohol una vez a lo largo del año.

Las asociaciones de rehabilitación de alcohólicos no son prohibicionistas, pero si abstencionistas para las personas que tienen dependencia. «Prohibir el alcohol sería una batalla perdida. Pero hay que tener una conciencia sobre el uso que se hace de esta sustancia porque la línea entre el abuso y la dependencia es muy transparente y se cruza sin querer», señala Jovino López, presidente de Arle.

La encuesta del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad considera que el 7,4% de las personas que han consumido alcohol a lo largo de su vida se les puede atribuir un consumo de riesgo perjudicial y el 0,3% muestran una posible dependencia.

En el 2009, el 23,1% de la población de 15 a 64 años se emborrachó. En concreto, un 44% de los hombres y un 25,9% de las mujeres de 15 a 34 años confesaron haberse excedido con el alcohol. Esta conducta disminuye con la edad. Entre los hombres de 35 a 64 años se emborracharon el 21,2% y entre las mujeres de esta edad, el 8,8%.

Es llamativo que el consumo entre las mujeres aumenta entre las más jóvenes. En el grupo de 15 a 24 años, el 17,9% de las chicas reconocieron hacer bringe drinking (ingesta de cuatro o más bebidas alcohólicas). A medio plazo, aumentará la demanda de terapias para mujeres. El efecto botellón también llegará a las terapias en breve.

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