ANTE SIMON PERES
El Rey califica de "legítimas" las aspiraciones del mundo árabe contra sus regímenes autoritarios
Juan Carlos destaca al presidente de Israel la "necesidad" de paz entre israelís y palestinos
El Rey ha calificado este martes de " legítimas " las aspiraciones de los pueblos del mundo árabe que se han alzado contra sus regímenes autoritarios, también en países con monarquías con las que Juan Carlos siempre ha mantenido unas excelentes relaciones.
En sus primeras palabras referidas a las revueltas que se extienden por el mundo árabe, el Monarca ha señalado que la comunidad internacional " sigue con atención estos acontecimientos y confía en que permitan evolucionar hacia una situación de mayor estabilidad política, social y de progreso económico, de acuerdo con las aspiraciones legítimas de los pueblos de la región ".
Juan Carlos se ha pronunciado así en el brindis del almuerzo ofrecido en el Palacio Real al presidente de Israel, Simón Peres, de visita oficial en España. El Rey ha subrayado además que " la necesidad de paz " entre árabes e israelís " es hoy particularmente importante " ante los " cambios " que se perciben en los países árabes " vecinos de Israel ".
PAZ EN ORIENTE MEDIO
En este contexto, el Rey ha señalado que España hace votos para que, "en los meses venideros", israelís y palestinos "consigan resolver sus diferencias en pos de un futuro común en paz y con plenas seguridades para los dos Estados". "El camino hacia esa paz es arduo y difícil", pero "en estos momentos no podemos, señor presidente, olvidar que la paz en Oriente Medio es una necesidad largamente anhelada por israelís y palestinos", ha recalcado el Rey, antes de apelar con este fin al "tesón" y la "clarividencia" de Peres.
En sus palabras, Juan Carlos ha destacado asimismo el "firme e inequívoco compromiso" de la Corona y de España en su conjunto en la lucha contra el antisemitismo, a través de iniciativas como el conocimiento y la revalorización del hecho judío en la enseñanza, tras recordar que la herencia judeo-española obliga "a ser particularmente sensibles a los anhelos del pueblo judío".