Cerrar

El laudo de Pimentel reduce el sueldo y los horarios de los controladores

Fija un salario medio de 200.000 euros brutos anuales y 1.670 horas de trabajo

El presidente de Usca, Camilo Cela, el mediador Pimentel y Juan Ignacio Lema (Aena).

Publicado por
julio díaz de alda | madrid
León

Creado:

Actualizado:

Se acabó la guerra entre el Ministerio de Fomento y el sindicato de los controladores aéreos (Usca). Más de un año de conflicto y centenares de miles de -˜víctimas-™ en los aeropuertos españoles y europeos que sólo ha podido concluir cuando unos y otros han optado por la mediación. El elegido para pacificar los cielos ha sido el ex ministro de Trabajo del Partido Popular Manuel Pimentel, que ayer dictó un laudo de obligado cumplimiento que, en esencia, rebaja el salario y la jornada de trabajo de los controladores, y da mucha mayor capacidad de maniobra al ente público para organizar el trabajo en las torres.

Básicamente, Pimentel ha normalizado una situación que era a todas luces anormal en el panorama internacional. Aena será, según sus palabras, una empresa «como cualquier otra». Las grandes cifras del que será el II Convenio Colectivo del sector están protagonizadas por los 200.000 euros brutos anuales de retribución media para unos controladores que trabajarán, como máximo, 1.670 horas más otras cuarenta en concepto de formación durante el presente año. Esa jornada irá menguando hasta el 2013, plazo límite del acuerdo. España se acerca así al promedio europeo en un negocio en el que, resaltó Pimentel, sus controladores «son los que más ganan pero también los que más trabajan». Las horas extra (80 como máximo) serán voluntarias.

Ahora entra en juego la productividad, que tendrá premio para los controladores que más y mejor hagan su trabajo a través de un complemento, pagadero cada seis meses, equivalente al 5% de la masa salarial de cada año. Los turnos, otro caballo de batalla en la negociación, serán por meses naturales y se conocerán con 30 días de antelación.

El punto de partida del laudo, aclaró Pimentel, ha sido el acuerdo que Aena y el Usca firmaron el 13 de agosto y cuya interpretación derivó en el caos aéreo de diciembre, con militarización del servicio y declaración del estado de emergencia incluidos. También han servido de base las muchas normas que el Gobierno dictó en el 2010 para tratar de fijar el campo de juego.

«No ha habido vencedores ni vencidos, ganamos todos», aseguró el ministro de Fomento, José Blanco, quien espera dejar definitivamente atrás la incertidumbre constante en los aeropuertos que ha imperado en los últimos tiempos. Pimentel ha resuelto en sólo un mes un enfrentamiento enquistado desde hace años y en el que los grandes perdedores han sido los viajeros, muchas veces secuestrados por la enconada lucha de controladores y empresa. «Lo que he oído no me parece mal», afirmó prudente el presidente del Usca, Camilo Cela, tras escuchar la explicación del contenido del laudo ofrecida por Pimentel. Al final hubo apretón de manos, y el sindicalista estrechó la suya con el presidente de Aena, Juan Lema.

Ciertamente no hay ganadores. El trabajo de Pimentel viene a poner a cada cual en su sitio, evitando esas interpretaciones de parte de la legislación que terminaron con el cierre del espacio aéreo tras el plante de los controladores. Ahora, la jornada laboral «incluye todo» (incluidas las bajas o la formación), advierte el árbitro, dejando claro que el Gobierno y los vigilantes del cielo hicieron de su capa un sayo para apuntalar en diciembre sus teorías sobre si se había o no sobrepasado el máximo de horas anuales.

Pimentel hizo especial hincapié en lo complicado y estresante del trabajo de los controladores. Un condicionante que, asegura, le ha servido de guía.