Diario de León

Negocios con agallas

El 70% de los 276 negocios abiertos por emprendedores leoneses con ayuda del Ildefe en los últimos diez años siguen abiertos. La crisis merma los proyectos pero anima a muchas personas a replantearse su futuro en el autoempleo

La chimenea Abelló preside los proyectos de futuro económico que se gestan en el Ildefe. En la foto,

La chimenea Abelló preside los proyectos de futuro económico que se gestan en el Ildefe. En la foto,

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ana gaitero | león
León

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¿Buscar trabajo a los 50 años?, cumplir el sueño de abrir un negocio propio, convertir una habilidad en un empleo, conciliar la vida laboral y familiar, reciclarse, sacar partido a una vocación tardía, abrirse camino con una actividad innovadora, salir del paro... son algunas de las motivaciones de las 276 personas que en los últimos diez años han montado su propio negocio con el soporte técnico y la ayuda económica del Ildefe, la agencia de desarrollo local del Ayuntamiento de León.

La crisis ha rebajado a una veintena el número de proyectos emprendedores en los tres últimos años. Los períodos más álgidos fueron el año 2002, fueron 37 proyectos apoyados con 71.100 euros, y el 2004, con 36 y ayudas por importe de 125.280 euros.

En estos diez años, las ayudas a personas emprendedoras ascienden a 741.582 euros repartidas entre los 276 proyectos, que han generado inicialmente 407 puestos de trabajo. Actualmente, su importe es de 1.500 euros, aunque han oscilado entre 820 y 3.500 euros en períodos anteriores.

Son 276 proyectos con nombre y apellidos, una idea y, casi siempre, mucho valor para sacarla adelante. Abundan las tiendas de todo tipo, desde corseterías hasta productos de León, bares y restaurantes, franquicias, academias de idiomas y de música, servicios informáticos, clínicas veterinarias y tiendas de animales, peluquerías, salones de masaje y centros de fisioterapia, asesorías ambientales, centros de yoga, servicios para las personas mayores, escuelas infantiles... Publicistas, diseñadores gráficos,

Una larga lista de «emprendimientos» que se desparrama por todo el municipio leonés, desde Armunia hasta El Ejido, del Crucero a La Palomera y Las Ventas, de San Claudio a San Mamés pasando por el corazón de la ciudad.

En un primer momento fueron los hombres los que más utilizaron la línea de emprendedores del Ildefe; con el tiempo, las mujeres tomaron la delantera, aunque en los dos últimos años han vuelto a retroceder los negocios auspiciados por emprendedoras que buscan el asesoramiento de la agencia de desarrollo local.

Ha sido notoria la afluencia de la población inmigrante para poner en marcha sus negocios, la mayoría restaurantes y tiendas con comida y productos de sus países. Y también las minorías étnicas se han beneficiado del asesoramiento para emprendedores y emprendedoras. Fue emblemático el proyecto de Pilar Barrul, emprendedora que abrió en Armunia la Peluquería Rumí. «Me negaban el trabajo en otras peluquerías por ser de raza gitana», confesó la joven.

Muchas personas llegaron a las oficinas de la agencia de desarrollo en busca de una subvención. Pero al inicio de su actividad lo que más valoran no son los 1.500 euros, sino la ayuda técnica para convertir en negocio lo que en principio sólo era una idea.

Itinerario personalizado. El itinerario comienza con una entrevista con el equipo de recursos que analiza con el emprendedor o emprendedora la oportunidad de negocio que se quiere hacer realidad. Tras un estudio preliminar del proyecto, se elabora un plan de empresa que incluye un estudio económico y financiero. Estas dos primeras fases son decisivas para hacer cuajar o desechar la idea.

Muchas personas han seguido adelante. Y han utilizado la ayuda de la agencia de desarrollo local. «Yo lo tenía todo en la cabeza, pero el plan de empresa fue muy útil porque también tenía muchas dudas», comenta Mercedes Cubero, emprendedora que abrió una frutería en la calle San Pedro. A Rocío Toral, quien puso en marcha con su marido, Loveni Enari, la academia The English Takeaway en La Palomera, le advirtieron: «¡Una previsión de diez alumnos por mes no te permitirá sobrevivir!».

«Te hacen poner los pies en el suelo», subraya Yolanda González, impulsora de un aula de memoria en el barrio de San Claudio. Va a hacer dos años del inicio de su actividad y todavía mantiene contacto con la agencia: «Su labor de seguimiento también es un gran apoyo», recalca.

David Silva y Ana Vivar, impulsores de la clínica podológica David & Ana en el barrio de San Pedro, confiesan que «nos obligaron a hacernos muchas preguntas, como la división del trabajo entre nosotros, cuestión que ni siquiera nos habíamos planteado».

La mayoría siguen en pie. El Ildefe estima que el 70%, aunque no se pilla los dedos. «En los seguimientos que hacemos de supervivencia estimamos que el 70% de los negocios continuaban existiendo a finales del 2010, aunque con la actual situación las cifras se nos desactualizan rápidamente».

«La crisis ha tenido consecuencias para los emprendedores», admite Graciliano Álvarez, director gerente del Ildefe. Y no todas son negativas. «Muchas personas que antes no se habían planteado el autoempleo empiezan a hacerlo», apunta.

Con años de experiencia a sus espaldas hay personas que se plantean el autoempleo: «Estoy en paro y se he desarrollado esta actividad para otros, ¿por qué no intentarlo para mí mismo?». El pronóstico para este grupo, en medio de la nube negra, es que «tienen posibilidades de éxito».

A las oficinas del Ildefe en el barrio de El Crucero, al lado del centro cívico León Oeste, también acuden personas con «poca cualificación, carecen de experiencia laboral o ya empiezan a estar desesperanzadas» que optan por el autompleo «a tumba abierta, casi a la desesperada».

En estos casos, la labor de la agencia es «más que apoyarles para que su idea arranque, ayudarles a analizar desapasionadamente, para que la viabilidad les haga decidir siguen adelante o no», explica.

No se trata de abrir negocios a la desesperada: «Un negocio no es una solución temporal para una situación de desempleo». Son muy realistas: «gestionar un negocio supone, en general un gran esfuerzo y mucha dedicación». Lo desaconsejan complementamente para personas que trabajan por cuenta ajena.

En el Ildefe son muy cautos a la hora de hablar de ayudas económicas: «Implican un largo período de tramitación y no se puede contar con ellas de forma inmediata. Nunca se debe planificar la tesorería contando con ellas». En suma, para emprender «hay que tener ideas que puedan convertirse en riqueza y agallas para superar muchos obstáculos».

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