«Desde el atentado no puedo salir sola a la calle»
El 28 de febrero del 2002 cambió la vida de Esther Cabezudo. Quizá para siempre. La exteniente de alcalde de la localidad vizcaína de Portugalete compareció ayer en la Audiencia Nacional por el juicio que se celebra por su intento de asesinato a manos de tres etarras, entre ellos Asier Arzalluz e Idoia Mendizábal. La exconcejal socialista revivió aquel funesto día con el miedo aún metido en el cuerpo, pese a que han pasado nueve años. Declaró oculta para no ser vista por los acusados y reconoció que desde entonces tiene miedo y es «incapaz de salir sola a la calle». Cabezudo explicó al tribunal que evitó la muerte porque «coincidió» que ella y su escolta, Iñaki Torres al ir andando hacia el Ayuntamiento fueron por la acera contraria a la que prevista por los terroristas con su bomba.