Un instituto intenta que León sea ciudad cardioprotegida
El IES Giner de los Ríos de León, donde se imparte la especialidad de emergencias sanitarias, promueve la declaración de León como ciudad cardioprotegida. Este es el segundo paso a dar tras convertirse en el primer centro educativo cardioprotegido en Castilla y León.
A través de una campaña, que desarrollarán a nivel nacional, el alumnado «promoverá la formación y adiestramiento de más de cinco mil leoneses en técnicas de reanimación pulmonar y desfibrilación», explica Francisco Javier Rosa Morán, profesor del IES y director del proyecto.
Para llevarlo a cabo buscan el patrocinio de empresas e instituciones que puedan interesarse por el proyecto pues «necesitamos numerosos maniquíes de simulación», explica. Ser una ciudad cardioprotegida implica también la promoción de hábitos de vida saludable y la divulgación científica.
Con esta iniciativa, una de cada 26 personas residentes estarían preparadas para atender a una persona que precise reanimación pulmonar. Y es que cuando se produce una parada cardíaca los segundos cuentan para hacer una maniobra de resucitación.
En muchos casos no es suficiente con la rapidez y eficacia que pueden garantizar de los servicios sanitarios de emergencia. Cinco minutos con el corazón parado son causa de muerte o de lesiones muy graves en el corazón, en el mejor de los escenarios.
Se estima que todos los avances médicos que existen no sirven para más del 35% de las personas que sufren una parada cardíaca precisamente por no llegar a tiempo a un hospital. De ahí la importancia de colocar desfibriladores en puntos estratégicos y concurridos de las ciudades (en León hay cinco situados en las estaciones de ferrocarril, el aeropuerto y la sede la Junta).
Una reciente normativa de la Junta evita que haya que pedir autorización específica previa para instalar desfibriladores, siendo suficiente con una declaración responsable, según informó el portavoz de la Junta, José Antonio de Santiago.
«Si un paciente sufre una muerte súbita la disponibilidad de un desfi brilador automático le puede salvar la vida, apunta. Se trata de un «equipo inteligente muy sencillo de utilizar: sólo hay que encenderlo, colocar los electrodos adhesivos en el pecho y esperar instrucciones», explica el profesor de Emergencias Sanitarias.
La intervención no causa daño a las personas. En el centro educativo se ha entrenado al alumnado y al profesorado para que puedan manejar el desfibrilador en caso de que se produzca una emergencia.
La Junta Castilla y León también ha formado a personal no sanitario para el manejo de los desfibriladores.