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Un vigilante para el miocardio en casa

Una veintena de pacientes estrenan en León el control domiciliario de marcapasos, desfibriladores y hólters

La cardióloga y electrofisióloga Mª Luisa Fidalgo explica cómo se conectan los cables del marcapasos

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ana gaitero | león
León

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El control remoto del corazón ya es una realidad en León. Una veintena de pacientes están en el programa de seguimiento domiciliario de marcapasos, desfibriladores y hólters insertables cuya misión es regular, estimular y estudiar el ritmo cardíaco y que gestiona la Unidad de Arritmias del Hospital de León.

La novedad tecnológica se introdujo de manera experimental hace tres años en León pero ha sido en el 2010 cuando se ha empezado a extender a más pacientes, señala la responsable de la unidad, María Luisa Fidalgo.

El monitor funciona con teléfono móvil o fijo especial que se coloca en la mesilla de noche, a más de 20 centímetros y menos de dos metros, y se programa para que, a determinadas horas, interrogue al marcapasos, desfibrilador o hólter insertable de forma autómatica. En algunos casos se puede activar manualmente ante la presencia de síntomas, por indicación de la Unidad de Arritmias.

La información es enviada a un servidor que, según la empresa fabricante, puede estar en Alemania, Estados Unidos o España. El equipo médico revisa los datos enviados accediendo a una web. «Si transmite alguna anomalía que requiera la intervención médica se cita al paciente para una consulta, ya que no es programable a distancia», explica la doctora Fidalgo.

La reprogramación de marcapasos, si es necesaria, ha de realizarse en el hospital, donde un ordenador que registra la información del aparato también le da órdenes para cambiar

El control remoto de estos dispositivos eléctricos «va a ir en aumento», subraya la cardióloga. También ofrecen información sobre problemas de insuficiencia cardíaca, en cuyo caso se remiten a la unidad correspondiente para ajustar la medicación.

El seguimiento domiciliario «aumenta la seguridad para algunas personas y permite reducir el número de visitas hospitalarias al mínimo necesario», añade, y por ende un «ahorro» para el sistema sanitario.

El control domiciliario se inicia con el sistema Home Monitoring de Biotronik (aprobado por la FDA en 2001) y posteriormente han aparecido otros sistemas como Carelink de Medtronic (2005), Lattitude de Boston (2006) o Merlinet de St.Jude (2007)).

«La información que proporciona cada uno de estos sistemas no es la misma y según las caracteristicas del paciente unos aportarán información más util que otros», explica la doctora Fidalgo. Desde el punto de vista médico, «lo ideal seria un sistema universal de seguimiento», opina esta especialista en Electrofisiología y Arritmias.

La tecnología se empezó a utilizar con los desfibriladores y posteriormente se trasladó a marcapasos y hólters. El traspaso de datos del paciente controlado a distancia se realiza de forma encriptada de modo que las empresas que gestionan los registros de la información no tienen acceso a su identidad.

Las garantías para asegurar la confidencialidad del sistema ha sido uno de los aspectos que ha estudiado «minuciosamente» el Sacyl antes de empezar a generalizar el control remoto de estos dispositivos que prolongan la vida del corazón.

Pilas para el corazón cansado. Actualmente, más de 3.000 personas viven en León con un marcapasos. De éstas, 2.500 son pacientes de la Unidad de Arritmias del Hospital de León. Los marcapasos son como una «pila de recambio» para el corazón desgastado, generalmente por la edad. Su uso está indicado en pacientes con problemas de arritmias lentas (bradicardias).

Según el VII informe oficial de la sección de Estimulación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología, y en el que ha participado la doctora Fidalgo, la media de edad de las personas que precisaron un implante de marcapasos por primera vez fue 76,6 años en 2009 ( 75,9 años en los hombres y 77,5 en las mujeres).

La mayoría de los implantes corresponden al intervalo de 70-80 años, el 39,2% del total, seguida de 80-90 años con el 36,7%. La media de edad de las personas que precisan recambios de generador fue de 76,5 años. La vida útil de estas «pilas» para el corazón se sitúa en torno a los 15 años.

DAI para miocardios acelerados. En León hay otras 200 personas que tienen insertados DAI (desfibrilador automático implantable) que estimulan el corazón y permiten que realice las contracciones de manera adecuada. Son una de las opciones terapéuticas para de arritmias rápidas o taquicardias, cuando éstas son patológicas (pueden alcanzar hasta 200 y 300 latidos por minuto) y no meramente debidas a estados de nerviosismo puntuales. Las otras opciones son los fármacos y las ablaciones o introducción de catéteres para destruir las áreas del corazón que causan el problema de taquicardia.

De modo particular, los DAI se utilizan para contrarrestar las arritmias malignas que causan la muerte súbita, como le sucedió al futbolista del Sevilla, Antonio Puerta. La implantación de desfibriladores en la provincia sólo se realiza en el Hospital de León.

Por último, cada año se implantan hólters insertables a casi medio centenar de personas en León. Su misión es estudiar los trastornos del ritmo para determinar la medida terapéutica.

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