Cuando el príncipe azul es tu hermano

Se echó a la calle el pueblo llano. Suele pasar cuando la Casa Real se acerca a visitar el Viejo Reino. La infanta Elena no pasó desapercibida y conoció del cariño de los leoneses: «¡Guapa!» se oyó primero. «¡Guapísima!» cuando subio el fervor. «¡Viva la Guardia Civil!» en el momento de máximo apogeo. No pasaba el termómetro de los siete grados a mediodía frente a la que fue prisión hace afortunadamente mucho tiempo, hoy venida a Parador Nacional y emblema capitalino.

La representación institucional en el acto resultó especialmente nutrida. La Junta de Castilla y León delegó en Antonio Silván, consejero de Fomento. El alcalde de León, Francisco Fernández, encabezó la elevada nómina de miembros del equipo de Gobierno del Consistorio. Miguel Alejo, delegado del Gobierno en Castilla y León y Francisco Javier Velázquez, director general de la Policía y la Guardia Civil, también estuvo presente ante la fachada principal del Hostal de San Marcos, así como la presidenta de la Diputación Provincial, Isabel Carrasco, el Fiscal Superior de Castilla y León, Manuel Martín Granizo, el Obispo de León Monseñor Julián López, el presidente de la Audiencia Provincial, Manuel García Prada, el decano de los jueces de León, Juan Carlos Suárez-Quiñones y el presidente del Consejo Consultivo de Castilla y León, Mario Amilivia.

Todos ellos asistieron al acto y posterior desfile militar encabezado por las unidades motorizadas de Tráfico, Seprona y Grupo Rural de Seguridad (GRS), a los que siguieron una unidad de gastadores, los agentes de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, los efectivos del GRS, otra unidad de la Academia Básica del Aire, la representación del RALCA 63 de El Ferral del Bernesga, integrantes del V Batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y la Banda de Música de la Guardia Civil, especialmente limpia en sus sonidos.