La despedida al líder se impone a los actos de la campaña electoral

El Pabellón Príncipe de Asturias de Murcia era ayer un hervidero. La organización asegura que tuvo que cerrar las puertas al llegar la afluencia a las 6.000 personas y que, en lugar de los 45 autobuses previstos, llegaron 68 cargados de simpatizantes. Aproximada o no la cifra, la expectación era alta y no pocos seguidores se quedaron con cara de pocos amigos en las inmediaciones del recinto rumiando las ganas de ver al ya jefe del Ejecutivo saliente.

Si la intención de Zapatero al deshojar la margarita era que la campaña para las elecciones autonómicas y locales del 22 de mayo no se viera contaminada por la política nacional, aún queda camino por andar. Primero habrá asimilar la noticia. Los mítines a los que acuda el líder socialista en las próximas semanas prometen llevar una elevada dosis de canto al legado -˜zapaterista-™.

Antes siquiera de que estuviera cerca del centro deportivo podían oírse ya desde el otro lado de la calle las voces a coro de los asistentes, «¡Zapatero, Zapatero!». Y en el momento en que el aclamado hizo acto de presencia, el auditorio arrancó a aplaudir en pie. «En Murcia se te quiere. No te vemos a negar», prometió el candidato a la alcaldía de la ciudad, Pedro López. Y eso, que según afirmó después, todavía le guarda una y aprovechó para recordársela. «A nosotros no nos has fallado. nosotros te queremos y te vamos a seguir apoyando en lo que decidas -”garantizó-” pero en el 35 Congreso adquiriste un compromiso conmigo: dijiste que vendrías a la casa de mi madre a degustar un caldo con pelotas; te esperaremos cuando tus ocupaciones te lo permitan», reclamó.