Zapatero augura que el PSOE dará la «sorpresa» en las elecciones del 22-M
Asegura que cuando España estuvo al borde del abismo el PP no quiso ayudar
José Luis Rodríguez Zapatero entró de lleno en campaña. Relajado y sonriente, casi pletórico tras despojarse del lastre de la reelección, subió ayer al escenario del pabellón Virgen del Val de Alcalá de Henares en mangas de camisa y con el objetivo declarado de movilizar al desmotivado electorado socialista. Alardeó de «responsabilidad y compromiso» con España, de política social y de inversiones multimillonarias en los municipios, golpeó fuerte al PP y, sobre todo, aseguró que, digan lo que digan las encuestas, nada está decidido en las elecciones locales y autonómicas del 22 de mayo. «España es un país de sorpresas y de reacciones inesperadas», aseguró mediante una cita que tomó prestada de Manuel Azaña, «porque viene muy bien en este momento». «Esa es mi apuesta para el 22-M», concluyó.
Era su segundo mitin tras anunciar que no se presentará en el 2012 y el primero en el que compartía tribuna con el candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, que el verano pasado le dobló el brazo a él y a la toda la dirección nacional del PSOE al vencer en unas primarias a la predilecta de Zapatero para competir con Esperanza Aguirre, la ministra Trinidad Jiménez.
Como ya le ocurrió el fin de semana pasado en Murcia, un pabellón repleto y entregado, que se puso en pie varias veces para vitorearle, convirtió el mitin en un homenaje, con gritos de «presidente, presidente», «te queremos», «no estás solo» e, incluso, algún que otro ruego de «no te vayas».
El presidente del Gobierno, quizás espoleado por los primeros sondeos que indican que el PSOE recorta a la mitad la ventaja popular tras su renuncia, indicó quienes dicen que lo tienen «muy difícil» en los comicios de mayo «sólo quieren desmovilizar al electorado». Pidió «calma, paciencia y talante», porque piensa que son capaces de darle la vuelta a las encuestas.
Zapatero centro el grueso del discurso en repasar los avances sociales de sus siete años de Gobierno y en explicar las «difíciles decisiones» que ha tomado -«costará lo que costara»- para que España pueda salir «por sí misma» de la grave crisis económica. Recordó cuando hace sólo hace un año «los agoreros» decían que si Portugal no resistía, y era intervenida, no habría «dique de contención» que salvase a España. Ahora, dijo, gracias al apoyo de los ciudadanos, de los empresarios y sindicatos, y a «las reformas y la voluntad política del Gobierno», se va a demostrar que «España va a ser capaz de salir por sí misma».
También aprovechó el caso de Portugal para golpear al PP, de quien dijo que «no ha estado a la altura de las circunstancias». Señaló que cuando España, en mayo pasado, estuvo al borde del abismo financiero y de la intervención, cuando se vio obligado a aprobar en solitario el drástico plan de recortes del gasto público, «el PP prefirió que el Gobierno cayera a echar una mano para que España fuera fuerte y no tuviese que pedir ayuda».
Vuelve la paz a Madrid. El presidente no piensa escuchar las llamadas al adelanto electoral de la oposición porque «el compromiso del Gobierno con los ciudadanos es sacar adelante todas las reformas que sean necesarias para que España se ponga en pie, porque es un país fuerte».
Su segundo compromiso hasta marzo del 2012 es que, como «no todos somos iguales», la salida de la crisis debe hacerse con el menor coste social posible y preservando el estado del bienestar.