Al sur de Lancia se localiza el tramo más retrasado
Antes de Lancia, la obra de la León Valladolid ya acumulaba demoras notables, en ningún caso por tanto imputables a los restos arqueológicos de la vera de la N-601 y Villamoros de Mansilla.
El atasco en la actuación se aprecia notable al sur de los yacimientos de la nueva Lancia, en el tramo que la autovía debe abarcar la ribera del Esla. Dos muros de contención rellenados con zahorra que flanquean la N-625 a la altura de la urbanización de Mansilla del Esla son los testigos más notables de que por ese punto ha de transitar la autovía.
Los ocho kilómetros siguientes el tramo en sentido sur, hasta Santas Martas, solo ofrecen avance en las proximidades del enlace previsto con la autovía León-Burgos, con la traza ya despejada y a la espera de asentar capa de rodamiento.
El Ministerio de Fomento reconoció esta semana que el avance de las obras en el tramo de la A-60 entre León y Santas Martas se puede contabilizar en un 40% y que se puede imprimir un ritmo más alto de trabajo en los dos próximos años, en los que está previsto un cargo de más de 100 millones de euros para ejecutar las obras. El imprevisto de los restos de Lancia no parece la causa por la que por una autopista que se anunció abierta para el año 2008 no tenga curso siquiera en más de una decena del recorrido, curiosamente al sur de los vestigios astures de León.