PP y PSOE ignoran la llamada a rebajar la tensión por la política antiterrorista
Cospedal califica al lendakari de «ingrato» y Blanco dice que al PP no le preocupa ETA
Antonio Basagoiti, en el centro, durante un acto electoral el pasado fin de semana.
El intento de Antonio Basagoiti de rebajar el grado de enfrentamiento público entre el PP y el PSOE por la política antiterrorista tuvo ayer muy poco éxito. Algunos de los principales dirigentes de ambos partidos ignoraron el llamamiento a la «tranquilidad» y la «unidad» del líder de los populares vascos y continuaron con los ataques verbales y reproches mutuos de uso electoralista y partidista de la lucha contra ETA que protagonizaron los mítines y actos de toda la semana pasada.
La salida a la palestra de Basagoiti obedece al miedo de que las fuertes tensiones que se viven desde hace semanas en el pacto antiterrorista por los debates sobre la ilegalización de Sortu y Bildu, la supuesta connivencia entre el Gobierno y ETA que los conservadores ven en las actas de la anterior tregua, o las derivadas políticas del caso Faisan pongan en peligro la continuidad del pacto que sostiene a Patxi López como lendakari en Euskadi. Las cúpulas nacionales y vascas de socialistas y populares insisten en reafirmar la vigencia del pacto del País Vasco, en decir que no corre peligro alguno y que goza de buena salud, pero, al tiempo, no paran de lanzarse recados sobre que los enfrentamientos y acusaciones del contrario lo debilitan y lo ponen en tela de juicio.
Basagoiti aprovechó ayer un acto preelectoral en Getxo (Vizcaya) para reclamar «a todo el mundo sensatez, cordura y responsabilidad». Cree que «hay que insistir en lo que debilita a ETA y en lo que fortalece a la democracia» y que «no es momento de buscar pelea» entre los dos grandes partidos por la política antiterrorista y sí de acabar «con el ruido» en un momento en el que se aborda el final de la banda criminal.
Mensajes cruzados. El llamamiento a «la tranquilidad y prudencia» se produce justo después de un fin de semana en el que la temperatura del debate subió muchos grados con algunos populares que culpaban al Gobierno del excarcelamiento de Antonio Troitiño y con el propio José Luis Zapatero que acusó al PP de desgastar al Ejecutivo con ETA en busca de réditos electorales.
A los populares les sentaron especialmente mal los adjetivos lanzados por Patxi López el domingo, que en un mitin junto a Zapatero tildó de «inmorales» e «irresponsables» las críticas del primer partido de la oposición sobre la lucha gubernamental contra ETA.
La número dos conservadora, Dolores de Cospedal, recordóayer a López que, «a pesar de los insultos y las acusaciones de un ingrato y un desagradecido», él y su partido están al frente del Gobierno Vasco sólo por el apoyo y la «generosidad» del PP. La secretaria general dijo que su partido seguirá apoyando el pacto en Euskadi siempre que sea un gabinete «que defienda la libertad» y explicó qué entiende su partido por esta defensa: impedir que ETA y Batasuna vuelvan a las instituciones, que no haya coqueteos entre socialistas e la izquierda aberzale, y que el Gobierno apueste por la derrota de ETA, sin negociaciones ni concesiones políticas. Cospedal advirtió también a Zapatero de que cese en sus ataques al PP con el terrorismo y de que no van a abandonar la petición de explicaciones y responsabilidades a Alfredo Pérez Rubalcaba por el chivatazo a ETA en el bar Faisán, asunto con el que están dispuestos a llegar «hasta el final».
Si Cospedal mantuvo la presión su homólogo en el PSOE, José Blanco, no se quedó a la zaga. El vicesecretario general y ministro de Fomento aseguró en Onda Cero que muchos populares «están más preocupados por debilitar al ministro del Interior que a la banda terrorista ETA».