Diario de León

Rubalcaba admite los avances de Bildu, pero «tiene que demostrar más»

Rajoy se felicita por la «justa y necesaria» decisión de los jueces de la Sala del 61

El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

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p. d. l. h. / r. g. | madrid
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Los criterios políticos y las decisiones judiciales pueden coincidir pero los primeros tienen matices. El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, evitó mostrar ayer un entusiasmo excesivo por el fallo del Tribunal Supremo que avaló los recursos de la Abogacía y la Fiscalía del Estado contra Bildu e incluso hizo hincapié en que la Justicia no ha dado un portazo sin más a las aspiraciones de la izquierda independentista radical. «Se le dice: 'has avanzado, nadie lo niega, pero tienes que demostrar ante los tribunales que la ruptura es total y definitiva'. Eso -dijo- es lo que no se ha hecho todavía». El líder de la oposición, Mariano Rajoy, se entregó, en cambio, a la satisfacción sin ambages y calificó la resolución de «justa y necesaria».

La diferencia de actitud tiene su origen en algo que Rubalcaba ya puso de manifiesto el pasado viernes tras el Consejo de Ministros, la convicción de que en el País Vasco no se entiende como en el resto de España tanta exigencia hacia quienes ahora dicen rechazar la violencia pese a justificarla durante años, y el temor a que entre la opinión pública vasca cale la idea de que el Estado mantiene una actitud inmovilista frente a movimientos esperanzadores por parte de Batasuna.

En un esfuerzo explicativo, el ministro de presidencia, Ramón Jáuregui, recordó en Radio Euskadi que en 2007, cuando aún no se había cerrado el diálogo con la banda, se dejaron pasar varias listas del partido al que entonces recurrió Batasuna, Acción Nacionalista Vasca, y nada cambió. «Volvió la violencia y la decepción. O dicho de otra manera -insistió- nos han engañado muchas veces».

Rubalcaba no se afanó tanto en explicar el por qué de su prudencia. Sí hizo especial hincapié, en cambio, en el hecho de que la ilegalización de una formación no la deciden otros partidos ni tampoco el Gobierno. «Son los jueces los que deciden y es a los jueces a los que tenemos que respetar -remarcó- Por eso he insistido estos días que no valen las presiones sobre los jueces, ni las más burdas ni las más sutiles; que las hay».

Con argumento similar, se negó a hacer un vaticinio sobre cuál será la respuesta de ETA o de su entorno político si el Constitucional ratifica la decisión del Supremo el próximo jueves. «Cualquier razonamiento 'sobre qué pasaría si' llevaría implícito un juicio de valor por parte del Gobierno que puede interpretarse mal», se disculpó. Tampoco quiso aventurar qué ocurrirá con las relaciones entre el Ejecutivo y el PNV.

«Paso importante». La reacción medida del Gobierno contrastó con el ánimo del PP, que rozaba la euforia después de días de dudas sobre el sentido de la sentencia del alto tribunal y de la voluntad del Ejecutivo de abortar el intento de la izquierda aberzale de participar en las elecciones. Mariano Rajoy aplaudió la decisión «justa y necesaria» del Supremo. «Estamos de enhorabuena y ojalá se confirme» el fallo en el Constitucional, dijo en Melilla. Rajoy consideró que la resolución supone «un paso muy importante» en la lucha contra el terrorismo porque arrincona un poco más a ETA y sus acólitos. En definitiva, resumió, «estamos muy satisfechos y muy contentos». Esperanza Aguirre reclamó cautela porque hasta que el Constitucional «no se pronuncie no se puede cantar victoria».

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