Capaces de plantar cara a las grandes superficies

Son tiendas especializadas, menos que las carnicerías o pescaderías, con un control distinto de la materia prima, que permiten a los gestores entrar en una espiral comercial imposible desde otro negocio y otro sector de esa magnitud. Las fruterías concebidas como comercio minorista y cercano al cliente pueden plantar cara a las grandes superficies. «Cada vez se recurre más a colocar el género en porciones indivisibles», aprecian los técnico comerciales que analizan el fenómeno de las fruterías en la misma línea aquella que pudo surgir en el boom de las inmobiliarias o más recientemente con las tiendas de compra venta de oro, Los que llevan tiempo en el negocio, asentados como entradores y mayoristas del sector, son cautos a la hora de analizar el fenómeno de eclosión de fruterías por León. «Nunca se sabe lo que se va a vender y el precio», analiza Isidoro Postigo, que preside la asociación de Mayoristas de Mercaleón y recuerda la oscilación de precios de productos por su estacionalidad o los vaivenes del mercado libre y la importación. Plantar cara a las grandes superficies es la característica que mejor define a este producto de fruta fresca y verduras que ha eclosionado entre tanta liquidación por cese de negocio. Las fruterías de barrio permiten elegir y abrir un relación de complicidad con el frutero que basa en la calidad el punto de fidelidad de los clientes. Los gurús del negocio en León reconocen el boom aunque tratan de desmitificar el negocio. Hay evidencias en el tipo de comercio que aclaran el incremento de las fruterías: ser carnicero o hacerse pescadero requiere de más conocimientos técnicos», explican mientras crecen los puestos de fruteros.