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la batalla por león | el león que yo quiero

Una ciudad sede de las Cortes

Javier Chamorro, candidato de la UPL, escogió San Isidoro para posar para la fotografía.

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León

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Me han solicitado que describa cuál sería mi ciudad ideal, cómo sería el León en el que yo desearía vivir, y cuando he meditado sobre los aspectos que creo todos entenderíamos como integrantes de una ciudad ideal, he llegado a la conclusión de que tenemos mucho camino andado, pero también de que aún nos queda trabajo por hacer para llegar a esa meta.

Mi León ideal sería un León que fuese la sede del Parlamento de la Comunidad Autónoma Leonesa, y en la cual estuviesen radicadas diversas instituciones de esa autonomía, no acaparando las mismas cayendo en el asfixiante centralismo vallisoletano, sino compartiendo instituciones con otras ciudades importantes de la Región Leonesa, aunque sí viendo reconocida nuestra importancia por historia, por ubicación y por tamaño actual.

Desde ese León serían los leoneses los que decidieran dónde invertir nuestros impuestos, dónde potenciar los ejes de desarrollo, cómo promocionarnos en el exterior y cuáles son nuestras prioridades sin que lo decidan desde la ciudad del Pisuerga. Ideal sería que desde nuestro aeropuerto tuviésemos la oportunidad de elegir entre múltiples destinos a un precio asequible.

Una ciudad ideal sería aquella en que no existiera el paro, y todas las personas que lo desearan tuviesen la opción de encontrar no sólo un puesto de trabajo, sino que éste fuese acorde a sus capacidades; un León ideal sería una ciudad limpia no sólo porque los servicios de limpieza fuesen eficaces, sino también porque todos los ciudadanos colaborasen en ello y nadie tirase un papel al suelo; una ciudad ideal sería aquella en que los propietarios de perros nunca dejasen sus excrementos donde su mascota elige para que lo pueda pisar cualquiera; mi León ideal sería aquel en que nadie bajase a la calle con una bolsa para llevarse a casa las flores plantadas en nuestros jardines; ideal sería que, por ejemplo, se dejase de cruzar la Plaza de la Inmaculada atravesando el césped, pisando las flores y no dejando crecer el seto que la bordea.

Un León ideal sería aquel en el que quien quiera divertirse lo haga, pero sin molestar a quien sólo quiere descansar; ideal sería que cuando los jóvenes terminen un botellón se preocuparan de no dejar las botellas, los vasos y las bolsas tiradas en mitad de los jardines, y que no fuese necesario invertir parte del presupuesto en colocar cámaras de seguridad porque a nadie se le ocurriera pintar con spray todas las paredes que va encontrando a su paso.

Un León ideal, una ciudad ideal, sería aquella en que los políticos no perdiésemos el tiempo en debates estériles y enfrentamientos que no llevan a ninguna parte y dedicásemos las veinticuatro horas del día a intentar entendernos y colaborar en llevar adelante todos de la mano los grandes proyectos de futuro, sin zan cadillas y sin estar buscando siempre el más mínimo fallo en el contrario.

Hasta aquí creo que, si exceptuamos el primer apartado referido a que León, nuestra región, fuese una Comunidad Autónoma, el resto de mis inquietudes no son muy diferentes de las que pueda sentir cualquier ciudadano de otra ciudad española, europea o de cualquier otro continente. Quizás el secreto para alcanzar ese ideal de ciudad resida en que todos, y los políticos los primeros, fuésemos personas educadas en el cuidado de lo público, en el no molestar a nuestros congéneres y en intentar no hacer la vida más difícil de lo que ya es de por sí a los demás.

Pero no todo pueden ser ideas genéricas que sirven para cualquier ciudad puesto que yo soy político, dirijo una opción política y aspiro a ser el próximo Alcalde de León. Por eso, y sin ánimo de desgranar un programa electoral, sí que quiero terminar citando los proyectos más importantes que se hace necesario finalizar en los próximos cuatro años:

-Se ha iniciado ya la gran transformación del Oeste de la ciudad con la prolongación de Ordoño II pero esta transformación no debe acabar ahí, y debe continuar con el soterramiento de las vías de RENFE y la llegada lo más pronto posible del AVE a León. Esta modernización no debe implicar la pérdida de nuestro pasado, y por eso entiendo necesario destinar la antigua estación y su marquesina para el uso público, proponiendo, como ya hemos hecho, que se destine a albergar el primer parque infantil cubierto de León.

-Esta importantísima actuación debe ser complementada con la continuación de la construcción del Palacio de Congresos y Exposiciones en la antigua azucarera porque entiendo que esa inversión es clave para el futuro de León como ciudad puntera en el turismo de interior y como ciudad de congresos.

-De similar forma, debe comenzar de inmediato la integración de las vías de FEVE para permeabilizar las comunicaciones norte-sur entre la zona de San Mamés y la Avenida de Asturias, y recuperar espacios públicos para los ciudadanos a lo largo del actual trazado de las vías.

-León debe tener cuanto antes una auténtica ronda sin semáforos, para lo que se hace necesario el sote rramiento de los cruces de Hospitales y la Granja, la conexión directa de la Ronda Este con la Ronda Sur sin necesidad de llegar al cruce de Carrefour, y la prolongación de la Ronda desde los Hospitales hasta La Virgen del Camino.

-Le ón debe apostar por el cuidado de su medio ambiente y por ello entiendo necesario continuar ampliando nuestra red de carriles bici, así como la peatonalización de aquellas zonas que no impliquen problemas en el tráfico de vehículos y que sirvan para reactivar el comercio y el ocio y descanso de los leoneses.

En fin. Como acabo de decir, no pretendo, ni puedo por espacio, desgranar mi programa electoral. Simplemente deseo que, entre todos, logremos tener una ciudad en la que cada vez nos sintamos más felices y más orgullosos de ser leoneses.