Ponferrada creciente, abierta y generosa

La Ponferrada que yo quiero es una ciudad en continuo progreso, que día a día mejore la calidad de vida de sus habitantes desde las cosas aparentemente pequeñas a las grandes, que sea capaz de ser una referencia nacional e internacional y que no deje en la cuneta a los que más lo necesitan. Esa Ponferrada no se improvisa en unas semanas en cuatro folios para un Power Point de campaña. Esa Ponferrada que todos queremos se construye con tiempo, rigor, imaginación y, sobre todo, ilusión por querer cambiar y mejorar las cosas sacándole el máximo partido a las herramientas que tenemos a nuestra disposición.

Yo quiero una Ponferrada en la que los niños y jóvenes actuales puedan, en unos años, elegir vivir en ella con oportunidades, y no como la Ponferrada triste que yo viví de joven en la que la opción de la mayor parte de mi generación era hacer la maleta y buscar el futuro fuera. Esa Ponferrada es la que estamos construyendo en los últimos años y por la que queremos seguir trabajando si los electores nos renuevan su confianza: una ciudad que se mueve en su conjunto para crear nuevas oportunidades para los ponferradinos.

Una Ponferrada que sigue desarrollando infraestructuras generales, con nuevas calles y avenidas que mejoran la trama urbana, que ha remodelado las más deterioradas y ganado espacio para los peatones para revitalizar el comercio. Esas infraestructuras incluyen algunas que se hacen una vez cada siglo, como fueron los puentes del Centenario o del Boeza, o es la nueva traída de agua a la ciudad o las plantas de tratamiento de aguas residuales.

Pero también otras que nos hacen mejores y más competitivos como el nuevo Conservatorio, la nueva Escuela de Idiomas, el Centro Formación Profesional Integrada, el nuevo colegio de Flores del Sil, el Parque de Bomberos, la ampliación de las instalaciones deportivas, etc... Y, junto con todas, el alma de una ciudad, que es su red asistencial, con el Centro de Día de Flores, el de enfermos de Alzheimer, el Centro de Salud de Cuatrovientos, o los centros cívicos y consultorios para los pueblos, todo ello unido en la Red Ponferrada Solidaria. La Ponferrada creciente necesita sacar el máximo partido a su factor humano y lo que la rodea. Respecto a lo primero, tiene que adelantarse al futuro con un Parque Científico y Tecnológico del Bierzo que cambiará el modelo económico de la comarca, apoyándose en el Centro Logístico y los parques industriales de El Bayo y La Llanada.

Respecto a nuestro entorno, ahí están los proyectos clave de los que todo el mundo viene hablando desde hace años y solo ahora han comenzado a andar y tienen hojas de ruta y, sobre todo, financiación, para hacerse realidad: el Morredero como estación de montaña que complemente nuestra oferta turística, la conversión del Pajariel en un parque forestal enlazado con la ciudad, la consolidación del Castillo como bandera cultural y turística de la ciudad y, por supuesto, el Museo Nacional de la Energía que dará una nueva dimensión a nuestra ciudad gracias al apoyo del Ayuntamiento y del gobierno de la nación, el de ahora y el próximo.

La suma de todo es esa ciudad de la que tengamos que sentirnos orgullosos porque cumple a diario con las exigencias de los ciudadanos de limpieza, aseo urbano, seguridad, transparencia en la gestión... calidad de vida, en definitiva, y que encima sea premiada y reconocida por organizaciones nacionales e internacionales poniéndonos en lo más alto de la tabla. Quiero una ciudad en la que pasen grandes cosas positivas que nos proyecten al exterior. Ponferrada es capaz de asumir retos que ciudades más grandes son incapaces de realizar, como son los Micrófonos de Oro o la organización de un Mundial de Ciclismo en 2014, un evento que sólo viendo las ciudades que lo han organizado (este año Copenhague, el próximo Florencia, antes Madrid, Barcelona, etc...) ya dice mucho de la Ponferrada que estamos construyendo y que es la que yo quiero.

Si una ciudad es capaz de mostrarse a su entorno de esa manera, con esa capacidad de liderazgo, automáticamente se convierte en imán de iniciativas múltiples que retroalimentan todos los sectores. Lo que vulgarmente decimos de «dinero llama a dinero» ¿Recuerdan cuando empezamos a reivindicar la Autovía de Orense? Estábamos solos. Ahora tenemos a los gallegos implicados y más pronto que tarde seremos también la más importante entrada a Galicia. Eso sucede porque Ponferrada cuenta, es «la rueda a seguir».

Y, lo mejor, es que esa ciudad que quiero es fruto del trabajo de todos los ponferradinos, cada uno con lo que le toca, y a mi trabajando con un equipo sólido que demuestra su talento gobernando para todos y estando conectado con los deseos y las aspiraciones de toda la ciudad.