¿Paradoja o desfachatez?

Estamos en tiempos de paradojas. La política tien e estas cosas. A pesar de que nos gusta presumir de un país avanzado, donde los derechos siempre se garantizan, no es menos cierto que para los casi cuarenta mil leoneses sin empleo hablar de Estado del Bienestar y de garantizar el derecho inalienable al empleo suena cuando menos a sorna. No es el único contrasentido con el que nos encontramos. Infinidad de paradojas salpicaran estos quince días de campaña: visitas mediáticas como la de anteayer de Zapatero a mi pueblo. Supongo que el viaje lo haría a través de la vía rápida de Mansilla de las Mulas a Cistierna que prometió en un lugar donde habló de los Fondos Miner, haciéndome recordar su visita del año 92 después de la primera reconversión minera bajo mandato del Partido Socialista donde se perdieron más de dos mil empleos.

Ante el riesgo de que me diluya, volvamos al voto Cera, que no es otra cosa que garantizar que aquellos españoles residentes en otro estado puedan votar a través de este procedimiento. Ante esta tesitura se me plantean algunas dudas: ¿es justo que alguien que en estos momentos no es residente y, por tanto, no receptor directo de las políticas tenga derecho a elegirlas?, ¿tienen todas las opciones las mismas posibilidades de hacer llegar a estos españoles sus programas políticos?, ¿pudiera ser que alguien que no ha pisado nuestra región en la vida pueda elegir nuestro futuro?

Antes de que nadie me acuse de alguna barbaridad lanzo la última interrogante para estos prohombres de la libertad: si tan importante es el voto Cera, ¿por qué razón lo han limitado a las elecciones autonómicas eliminando de esa manera la posibilidad de que elijan a nuestros alcaldes. ¿Paradoja o desfachatez?