El dudoso poder electoral de la red

El candidato socialista a la Alcaldía de León, Paco Fernández, se levantó ayer potente, escuchando a Café Quijano, con «mucho ritmo». Antonio Silván, cabeza de lista en la candidatura del PP leonés a las Cortes de Castilla y León, empezó el día «con energía» para visitar la montaña oriental leonesa. A mediodía de ayer se sabía que Óscar López, candidato del PSOE para presidir la Junta de Castilla y León, abandonaba algunos actos de campaña por «problemas médicos» de su hija.

No es la primera vez que una campaña electoral se cuenta en directo, lo novedoso de todas estas noticias sobre los estados de ánimo de los candidatos o de sus sucesos familiares es que lo cuentan ellos mismos, sin intermediarios, y al minuto. ¿Cómo? Blanco y en botella... Es imposible conocer una cifra fiable de los ciudadanos que siguen estas elecciones a través de las redes sociales y los productos de márketing digital creados para potenciar la imagen de los políticos. Lo cierto es que hay miles de leoneses que son «amigos», «followers» o cualquiera que sea el exagerado calificativo que se quiera dar a los contactos que muchos candidatos y candidatas tienen en sus perfiles virtuales. Sin embargo, el poder electoral de Internet está por ver. Analistas del medio y blogueros advierten que unas elecciones no se ganan en las redes sociales, algo que los jefes de campaña de los principales partidos políticos de León parecen tener claro.

Esto no es el cordero de oro. Pese a ello, son muy pocos los nombres que no se encuentran en los buscadores de redes tan importantes como Facebook, Twitter o Youtube. «Cuidado, porque se ha sobredimensionado el poder electoral de las redes sociales en el ámbito político. Todo el mundo lo ve ahora como el cordero de oro, pero puede tener sus peligros», reflexiona el director del Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política de la Universidad Pontificia de Salamanca, Jorge Santiago. Peligros por ejemplo, como sobreexponer la vida personal o que los electores vean a sus futuros representantes como un mero producto.

En campaña, todos se han puesto las pilas. Los comentarios y las fotos que se colocan en estas redes se han multiplicado durante los últimos días exponencialmente. En algunos casos, hasta el punto de hacer pensar a veteranos políticos que la época de las caravanas y de los mítines a pie de calle llegará pronto. «En las redes sociales está el ciudadano que tiene algo que decir o preguntar, por lo que, en un futuro, la captación de votos en este ámbito tendrá una importancia creciente», comenta el secretario general del PP, Eduardo Fernández, tras haber viajado unos cuantos kilómetros para acudir al mitin de ayer.

Por número de seguidores, el político con más contactos en Facebook, por tomar la red de referencia, es el que se declara «agnóstico y laico». Santiago Ordóñez, candidato a la Alcaldía de León por Izquierda Unida, origina una enorme actividad en este página, que le está permitiendo dar a conocer su programa por entregas y con amplios contenidos, un lujo para una formación sin representación política y, en consecuencia, sin subvenciones. Su perfil poco tiene que ver con el segundo más seguido, que es Paco Fernández, candidato socialista también a la Alcaldía de León, éste mucho más personal. «Mis dos hijos y mis nietas ocupan el, cada vez menor, tiempo libre que deja mi prioridad: León». Así se presenta Fernández, que es extraordinariamente activo en las redes sociales.

«Está todo el día enganchado al Iphone», reconoce una asesora de su campaña. «Su idea era utilizar esta herramienta para hablar con la gente, y no tanto desde un perfil político, sino desde el suyo más persona», añade. Le gustó esa posibilidad y ahora tiene cuenta en Facebook, en Twitter y una web política. El PSOE ha abierto, además, cuenta propia en Youtube.

Sólo si usted está cómodo. «El uso de las redes sociales depende de lo cómodo que se sienta el candidato con ellas y a nosotros nos está garantizando mayor conectividad con la gente», subraya el secretario de Organización del PSOE, Ibán García del Blanco, otro gran usuario de estos medios. Como todos los demás, este partido ha encontrado en las redes una buena plataforma para colgar la propaganda electoral y las noticias que va generando la campaña. Pero siempre ante los ojos críticos del internauta anónimo, a veces cruel. «No damos un valor absoluto a las redes ni las sobredimensionamos porque sabemos que 300 personas en Internet...». Pueden crear un revuelo de tres pares, sería la continuación a esos puntos suspensivos.

El mundo bloguero de la utopía. Y es que Internet es y debe ser libre, defiende la bloguera Irma Basarte (unmundofeliz-irma.blogspot.com). Lleva tres años defendiendo desde su pequeña plataforma personal que «se pueden cambiar las cosas». No en vano, su modesto blog ha calado hondo entre los políticos de León y admite que algunos de ellos reaccionan a sus comentarios, «casi siempre porque veo carencias en esto o doy caña a aquello». ¿Existe ese poder electoral en las redes sociales? «Lo sabremos el 23 de mayo».

Es en la Unión del Pueblo Leonés donde más confianza ponen en el elector virtual. El secretario de Organización, Luis Mariano Santos, sostiene que las redes sociales son ya «la forma más rápida, más práctica y más económica de hacer llegar un mensaje». Matiza que no tiene datos objetivos que justifiquen si esta postura es «la más apropiada», pero, como todos, desconoce el poder real de la Red. El candidato a la Alcaldía de León es el que más actualiza su Facebook, puesto que Alejandro Valderas, cabeza de lista a las autonómicas, emplea muy de vez en cuando esta herramienta, aunque la tiene.

De hacerlo, hacerlo bien. «Hoy en día tienes que estar, pero hay que saber estar», explica el experto en consultoría política Jorge Santiago. «Los perfiles tienen que estar actualizados, al día y no puede haber mensajes sin respuesta durante días; eso transmite dejadez, desidia y es peor que si no tienes un perfil», matiza. En el PP lo han tenido claro. «La estrategia la marca candidato», afirma Jaime González, secretario de Organización de esta fuerza política. Por eso no van a forzar a políticos que no utilizarían jamás una red social a hacerlo. Sin embargo, tienen puestos los ojos en las redes virtuales y estudiarán, tras el 22-M, si su repercusión es real, como lo fue en el 2008 la campaña que hizo Obama en sus primeras elecciones.

«Que nadie espere eso ahora mismo», aventura el experto. Y advierte: «Las redes sociales llevan a una personificación de la política; no se habla del PSOE, sí de Zapatero. En una campaña, ya no es necesaria la ideología de hace 30 años».