Leonesismo

Si hace unos años alguien nos hubiera dicho que llegaría un día en el que la mayoría de los políticos, en plena cita electoral, intentarían captar el voto del leonesismo, por supuesto que no nos lo hubiéramos creído.

Rebuscando en Internet he intentado resumir lo que la red de redes dice sobre el fenómeno en cuestió n, después de muchas definiciones me he quedado con la oficialista de la RAE y con la menos oficial de la Wikipedia. La primera, lo define como «amor o apego a las cosas características o típicas de la región leonesa»; la segunda, a mi modesto entender mucho más profunda, la define como «movimiento cultural y socio-político de España, regionalista, que persigue el reconocimiento de parte de los territorios del antiguo Reino de León, a los que denominan País Leonés o Región Leonesa (las provincias de León, Zamora y Salamanca), como región y nacionalidad histórica, y su establecimiento como comunidad autónoma propia-¦».

La primer de las definiciones, tan generalista y tan vana, que todos podríamos ser leonesistas, ¿verdad? Es obvio que todos tenemos amor y apego a nuestra tierra, a ese leonesismo se pueden subir hasta los pro Castilla y León, hasta la derecha más rancia. También pueden asirse a esa definición aquellos que dicen que crearan grupo propio en las Cortes para después aclarar que lo más importante es la disciplina del voto, no sea que se equivoquen al levantar el brazo y les castiguen.

En la segunda definición somos menos los que cabemos. Aaquí sólo existe un único partido que defiende en Valladolid a León, y no por ser sólo uno es menos importante. Como bien dijo Canovas del Castillo, «el éxito no da ni quita la razón de las cosas».