Cospedal puede romper la hegemonía socialista en una cita clave del 22-M

El PSOE y el PP se juegan en Castilla-La Mancha buena parte del éxito o del fracaso de las elecciones autonómicas en toda España en una cita en la que, si aciertan los sondeos, María Dolores de Cospedal puede vencer por la mínima a José María Barreda y acabar con treinta años de hegemonía socialista.

Castilla-La Mancha, feudo tradicional del PSOE, atraerá la noche del 22 buena parte de las miradas desde muchos puntos de España, pues los dos partidos mayoritarios la han señalado como su principal apuesta para los comicios. En ello influye de forma decisiva que Cospedal sea secretaria general del PP, de modo que su victoria o derrota será interpretada como un anticipo del éxito o el fracaso de su jefe de filas, Mariano Rajoy. De hecho, la presencia de Rajoy en Castilla-La Mancha ha sido continua, lo contrario que la de José Luis Rodríguez Zapatero, con quien Barreda ha marcado distancias y a quien emplazó a anunciar antes del 22-M que no iba a optar a la reelección.

Barreda derrotó a Cospedal en el 2007 por casi diez puntos, si bien es cierto que entonces la dirigente del PP llevaba sólo un año en Castilla-La Mancha y era mucho menos conocida. Ahora, las encuestas apuntan a una victoria del PP (1,3 puntos, según el CIS), aunque los candidatos barajan incluso la posibilidad de que uno de ellos obtenga más votos que el otro pero quede en la oposición al lograr menos escaños.

Todo ello por una Ley Electoral reformada a comienzo de la Legislatura (sólo con los votos del PSOE) que hace que Ciudad Real sea la única provincia que elige un número impar de escaños. El PSOE cuenta con ganar en esa provincia y empatar en el resto, pero el PP afirma que no sólo va a ganar Ciudad Real, sino que tiene apoyos para ganar Guadalajara e incluso en Toledo.