Diario de León

El 10% de todos los edificios de Lorca serán demolidos

El Consorcio de Seguros cifra en más de 36 millones los daños

Las labores de desescombro de las calles se desarrollaron desde primera hora de la mañana.

Las labores de desescombro de las calles se desarrollaron desde primera hora de la mañana.

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melchor sáiz-pardo | lorca
León

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El 10% de los edificios de Lorca será demolido. Ese es el cálculo inicial que han realizado los expertos que revisan finca por finca los inmuebles de la localidad. Según un comunicado del Gobierno de Murcia, el 44% de los 542 edificios examinados hasta primeras horas de la noche del jueves son habitables, en el 39% se permite el acceso sólo para recoger enseres, y en el 17% está prohibido el acceso. A falta de una evaluación completa, fuentes del Consorcio de Compensación de Seguros cifraron los daños en unos 36 millones de euros, pero las previsiones apuntan a mucho más.

Técnicos municipales, del Gobierno autonómico y bomberos llegados de toda la provincia se encargaron de comprobar la habitabilidad de los edificios y el estado de pilares, paramentos e instalaciones de gas o agua. Al final de las comprobaciones, los operarios optaron por un sencillo código de colores para dar el veredicto sobre la construcción.

Ayudados por las Fuerzas de Seguridad y el Ejército, los técnicos comenzaron la inspección por zonas. En el barrio de La Viña, el más afectado por los terremotos, muchas fachadas que sobrevivieron a las sacudidas vieron eran marcadas con la «D» y un círculo negro o rojo. Eso significaba que nadie podía entrar en ellas y que tenían que ser demolidas por completo. Esto, además, obligó a que las casas fuera acordonadas, dado el peligro de derrumbamiento.

Cuando los expertos comprobaban que los daños eran de alcance, pero que se podía acceder para retirar objetos, el color era amarillo. Aquí, los policías y guardias civiles acompañaron uno a uno a los vecinos a recoger pertenencias de primera necesidad. Muchos lorquinos respiraban tranquilos al ver que sus casas pasaban la inspección sin problemas. Estas eran marcadas con un círculo verde.

Pero la tragedia de Lorca también tiene nombres y apellidos. Se llaman Raúl, Juan, Emilia, Rafael, Juana, Domingo y Antonia. Siete de los nueve fallecidos en el terremoto más mortal de los últimos 55 años. A la mayoría de ellos la lluvia de cascotes provocada por el seísmo les pilló en la calle. Entre los escombros de su casa apareció otra víctima mortal, mientras que última fallecida, una mujer de 41 años, pereció ayer por la mañana en un hospital de Murcia.

Un adolescente y dos embarazadas. En el barrio de La Viña falleció Raúl Guerrero, de 14 años. Murió sepultado por los escombros frente al bar de sus abuelos. La cornisa del edificio se derrumbó sobre el menor, que murió en el acto ante la mirada impotente de sus familiares. En el barrio de San Diego, falleció Rafael Mateos, de 48 años. Dueño de una conocida zapatería, estaba casado y tenía dos hijos. Al igual que Raúl, Rafael salió disparado de su tienda cuando se produjo el segundo gran temblor y la cornisa del edifico le cayó encima.

Juan Salinas, de 72 años, perdió la vida en esa misma barriada. Vecino de la pedanía de Coy, llevaba ocho meses en la residencia de ancianos San Diego. Salió poco antes del primer terremoto de la residencia para jugar una partida de dominó con sus amigos en un centro cívico. Juan apareció sepultado entre cascotes cerca del asilo.

Más trágico si cabe fue el fallecimiento de Emilia y Juana, a las que unía un embarazo. Emilia Moreno, de 22 años, estaba encinta de ocho meses y falleció por el desprendimiento de una cornisa en el barrio de San Pedro. Pese a su juventud, tenía una niña de dos años.

La lluvia de piedras también sorprendió en la calle a Juana Canales, de 51 años. Dueña de una bodega en la calle Galicia, pasó el primer seísmo en el interior de su establecimiento, un temblor que provocó grietas y otros desperfectos. Juana estaba en la calle llamando al seguro para dar cuenta de estos daños cuando el suelo se volvió a remecer y el tejado de un edificio aledaño cayó literalmente encima de ella. Otra de las víctimas fue un ciclista que falleció sepultado por los escombros en la calle Puente Jimeno.

Además aún hay una mujer en la UCI de un hospital murciano con un problema coronario.

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