Pues pasar, pasa

Es lo que pasa con las prisas. Son sólo quince días y hay que hacer de todo. Es un goteo permanente de acciones diversas, desfilar de personas de todas las candidaturas de la provincia, militantes colaborando, organización de actos, elaboración y reparto de documentos de campaña, ensobrado de información, embuchado de papeletas, preparación de programas: el autonómico, de todos los municipios, 211, las pedanías, 1239, con sus fotos-¦Lo necesitamos ya, Se revisan las pruebas; este salió mal de color, hay un error en el texto. Se revisan, se corrigen, se cruzan correos electrónicos. Más fotos, menos texto, esto es mucho no lo lee nadie-¦

(En este punto es imprescindible un paréntesis para hacer un reconocimiento adecuado del papel que juegan las personas militantes y las simpatizantes, sin ambiciones propias, trabajando con conciencia de clase, defendiendo unas siglas, una filosofía de vida, poniendo todo su tiempo a disposición, animando, organizando, con escasez de medios casi siempre, a veces siendo el parachoques de tensiones, malos humores. Impagable).

Y sigo con el relato, finalmente se reciben en la sede grandes paquetes clasificados por zonas, por municipios, por tamaño. Y llega el momento, coloquemos el cartel o la banderola, o repartamos las octavillas. Abres el paquete: La Bañeza, vota para que gane tu ciudad, sacas uno; sin querer, no sé cómo le das la vuelta y ves la cara, por ejemplo, de José Carlos de Marco que es candidato por Sabero. Estupefacción! ¿Qué pasó? ¿Y ahora qué? ¿De qué lado se usa? Porque claro a una se le divide el corazón pero pone la nota anecdótica al cuaderno de campaña. Parece una broma pero pasar pasa.