Zapatero alega que la Ley de Dependencia justifica su mandato
El presidente del Gobierno no superó el aforo de Rajoy en el mitin de Zaragoza
El lleno logrado en Valencia pudo servir a José Luis Rodríguez Zapatero para parar el golpe de esa nueva tanda de llamadas de atención a España por su situación económica y, sobre todo, por la tardanza en acometer la reforma completa del mercado laboral. Pero el espejismo se vino abajo ayer en Zaragoza.
El jefe del Ejecutivo volvió a enfrentarse a unas gradas desangeladas en la plaza de toros de la capital aragonesa; nada que ver con el recibimiento que los maños le ofrecían hace tan sólo tres años, durante la campaña para las generales.
Los socialistas conocen las causas. Los suyos tienen, en palabras del secretario de Organización del partido, Marcelino Iglesias, «un cierto grado de cabreo» por el recorte del gasto público acometido hace ahora un año, cuando los mercados acosaban sin piedad a los países de la zona euro, la Comisión tuvo que lanzarse al rescate de Grecia y a todos los países de la UE se les impuso un drástico recorte del déficit. Zapatero, que alguna ocasión ha llegado a decir que si cambió de opinión sobre las bondades de mantener un elevado gasto social fue por «las circunstancias» y no por convicción, se enfrenta ahora a la ardua tarea de convencer a los suyos de que, pese a todo, sigue siendo el adalid del progresismo.
El sábado, en Valencia, un votante fiel le ofreció el argumento que andaba buscando: «Sólo la ley de la dependencia justifica una legislatura y todo un mandato político». El agradecido ciudadano es -”según relató el jefe del Ejecutivo ante las miles de personas que se acercaron al coso de la capital aragonesa-” hermano de un hombre discapacitado al que le ha mejorado la calidad de vida desde que esa norma está en vigor. Pero Zapatero se encargó de matizar que hay 700.000 personas en su misma situación. El aún secretario general del PSOE agitó esta bandera como propia y subrayó que «allí donde gobierna el PP el desarrollo de la ley está a la mitad».
Los populares votaron en su día a favor de este derecho en el Congreso. Quienes se opusieron fueron las formaciones nacionalistas que entendían que con ello se invadían las competencias de unas comunidades autónomas encargadas de ejecutarlo y financiarlo al 50%. Pero a la postre, la crisis ha causado estragos en su aplicación en toda España. Tanto que incluso el Ejecutivo central optó por acabar con la retroactividad de las ayudas en el tijeretazo del 2010 que también congeló las pensiones.
1397124194 Movilización contrarreloj. El gran reto del partido gubernamental está en recuperar a todos aquellos que aún no se han recuperado del -˜shock-™ que supuso aquel giro de 180 grados en la política económica. Según Iglesias, presidente saliente de Aragón, hay todavía un 20% de indecisos que pueden decantar hacia un lado u otro la balanza. «El acto de Valencia es una manifestación de que nuestro electorado se está movilizando», dijo apenas una hora antes de que arrancara el mitin de Zaragoza en un encuentro con la prensa.
Mal ejemplo, si se tiene en cuenta el -˜pinchazo-™ posterior. Lo más que lograron los socialistas en territorio supuestamente afín es igualar en aforo a Mariano Rajoy, que estuvo en el mismo escenario 24 horas antes. Quizá fue esa ingrata sorpresa lo que llevó a Zapatero de hacer un mitin deslavazado.