CASO TOUS
Corominas disparó a medio metro de distancia del coche de los ladrones
El yerno de los Tous Lluís Corominas, acusado del homicidio de un presunto ladrón, efectuó dos disparos a una distancia de entre 40 y 75 centímetros respecto al coche en el que se encontraban la víctima y otro presunto ladrón, según las conclusiones de los informes de balística. Dos peritos de los Mossos d'Esquadra que elaboraron el informe sobre la trayectoria de las dos balas que disparó el yerno de los Tous han expuesto hoy sus conclusiones ante el jurado popular que juzga a Lluís Corominas, para quien la Fiscalía pide 11 años de prisión por matar de un tiro a un supuesto ladrón que en diciembre de 2006 había intentado robar en casa de sus suegros. El acusado acudió a casa de sus suegros al ser alertado del intento de robo y, tras colocar su coche en paralelo pero en sentido opuesto al de los presuntos ladrones que estaban apostados frente al chalé, disparó dos tiros, uno de los cuales mató a un supuesto asaltante, mientras que el segundo impactó contra la puerta del coche sin alcanzar al copiloto del vehículo.
De acuerdo con el informe pericial, que la defensa de Corominas ha intentado hoy desacreditar, el acusado disparó hacia los dos ladrones cuando entre su coche y el de la víctima mediaba una distancia de entre 40 a 75 centímetros. El informe precisa que, de acuerdo con las leyes de la física, entre ambos vehículos podría haber entre 30 y 145 centímetros, pero la distancia más probable es de entre 40 y 75, teniendo en cuenta una posición " lógica ", no forzada, del tirador. Según una de las hipótesis de los peritos, fue el segundo de los disparos el que acabó con la vida del supuesto ladrón, un tiro que Corominas habría efectuado tras desplazar un máximo de 2,4 metros su vehículo hacia adelante, mientras que la primera bala acabó impactando en la puerta derecha del coche.
Esa conclusión, sin embargo, no es taxativa, dado que sólo es plausible en el caso de que el coche de Corominas se hubiera desplazado tras el primer disparo, un extremo que los informes periciales no permiten determinar con seguridad. El resultado de las pruebas periciales confirma que el acusado, que alegó que se acercó a los ladrones para intimidarlos y los tiroteó porque temió por su vida al interpretar que uno de ellos llevaba una pistola, disparó a través de la ventanilla o sacando la mano por la misma, desde el asiento del conductor y a muy poca distancia. Los peritos han apuntado también que el cargador del acusado contenía una última bala perforada -que no llegó a disparar-, de efecto mucho más mortífero, dado que aumenta su diámetro en el momento del impacto para transmitir más energía al proyectil.
La defensa de Lluís Corominas, ejercida por el exmagistrado de la Audiencia Nacional Carlos Bueren, ha dirigido su interrogatorio a los peritos con el propósito de desacreditar el informe pericial, cuestionando tanto su formación como la precisión de los cálculos que efectuaron para dibujar la trayectoria de las balas. La intervención del letrado le ha valido la amonestación de la magistrada presidenta del tribunal popular, que le ha reprochado que intentara introducir dudas sobre la elaboración de la pericial con el propósito de " confundir " al jurado, y la protesta de uno de los autores del informe, que le ha espetado: " le pido que confíe en mi pericial ". La tesis de la defensa, no obstante, parece haber calado entre los miembros del jurado, que a través de la magistrada presidenta han dirigido a los peritos dos preguntas para saber qué porcentaje de informes balísticos acaban anulados y si habían tenido en cuenta para elaborar su dictamen los mismos parámetros que suelen utilizarse en otras periciales sobre trayectoria de disparos.