CiU gana con 15 concejales frente a los 11 del PSC

CiU ganó ayer las elecciones municipales en Barcelona al obtener 15 concejales, tres más de los que tenía, y arrebatará el bastón de mando al PSC, que ha perdido tres ediles y se ha quedado con 11, una vez escrutado el 100% de los votos de la ciudad.

El PSC, que ha gobernado en la capital catalana durante 32 años, ha perdido unos 50.000 votos en la ciudad, mientras que CiU ha ganado casi 20.000 con respecto a las elecciones del 2007, con un incremento de la participación de más de 3 puntos. Como CiU, el Partido Popular ha obtenido su mejor resultado en la ciudad de Barcelona al conseguir 8 concejales, uno más de los que tenía, mientras que también ICV-EUiA, socio de gobierno del PSC, ha crecido electoralmente y ha sumado otro concejal a los cuatro con que contaba.

La coalición Unitat per Barcelona (ERC+DC+Rcat) ha sufrido la pérdida de la mitad de sus cuatro concejales y se quedará con sólo dos. De esta manera, el candidato de Convergencia i Unió, Xavier Trias, será el nuevo alcalde de la capital catalana, pero tendrá que sumar aliados para poder tener una mayoría suficiente con la que gobernar.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, aplaudió ayer el seny (sensatez) de los catalanes, que han demostrado no ser «prisioneros» de la «demagogia» contra CiU por los recortes económicos, y ha celebrado que la Generalitat «por primera vez sumará fuerzas» con el Ayuntamiento de Barcelona. Ya con casi el 100% escrutado, Mas compareció junto a Xavier Trias, Josep Antoni Duran Lleida y el resto de la dirección de CiU en el Hotel Majestic, tradicional base de los nacionalistas para hacer el seguimiento de la noche electoral. Mas felicitó en primer lugar a Trias como nuevo «alcalde» de Barcelona, un «premio a una larga trayectoria de 32 años», que son los que le ha costado a CiU llegar a la alcaldía de la ciudad.

A continuación, Mas celebró el «resultado ampliamente positivo» para CiU, a pesar de las «dificultades» que se ha encontrado la federación nacionalista, ante la presión de la oposición por el ajuste presupuestario de la Generalitat. Según Mas, el resultado es «lo suficientemente rotundo y claro como para decir que la gente tiene sentido común».