la batalla de las autonomías
El PP arrasa y el PSOE se estrella
Los populares se hacen con casi todo el poder autonómico y barren en la gran mayoría de las capitales
Minutos antes de que se cerraran las urnas, un muy alto cargo de la Moncloa confesaba que la derrota del PSOE no tenía paliativos, y Elena Valenciano, portavoz del comité electoral socialista adelantaba nada más clausurarse los colegios que no iba a ser una buena noche para su partido. Así fue. El PP barrió y aventajó en diez puntos a los socialistas en las elecciones municipales y se hizo con casi todo el poder autonómico. El triunfo de los populares fue tan incontestable como la debacle del partido gubernamental, de la que se benefició sobre todo Izquierda Unida, que consiguió detener su caída libre de los últimos años. UPyD demostró que es, sobre todo, una fuerza política asentada en Madrid, mientras que los nacionalistas vascos y catalanes ganaron con suficiencia en sus territorios.
Jose Luis Rodríguez Zapatero comprobó ayer el estropicio que ha causado en el electorado del PSOE su gestión de la crisis económica. La hemorragia de votantes socialistas fue de las que se ven pocas veces. Se puede decir con los números en la mano que más que un avance espectacular del PP hubo una hecatombe del PSOE. Los populares obtuvieron el 37,5% de las papeletas, casi dos puntos más que hace cuatro años, y en torno a medio millón de votos más. Los socialistas vieron como volaban más de un millón y medio de sus sufragios y retrocedían hasta el 27,8% de los votos, siete puntos menos que en el 2007.
El resultado de ayer, además, rompió el empate que se había registrado en las tres últimas convocatorias municipales; en 1999, 2003 y 2007 los dos partidos mayoritarios igualaron en los comicios locales con pequeñísimas ventajas de décimas de punto a favor de uno u otro. El último resultado claro fue el de 1995, cuando el PP aventajó en cinco puntos a los socialistas y dejó el poder autonómico del PSOE reducido a Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha. Fue además el preludio de la victoria de José María Aznar al año siguiente.
Muchos en el PP recordaron este dato, sobre todo por su firme paso adelante en Cataluña y por el tremendo salto en Andalucía, donde por primera vez fueron la fuerza más votada, y dieron por hecho que el vuelco se volverá a repetir en las elecciones generales de dentro de diez meses. Un plazo que Mariano Rajoy y la dirección del partido opositor consideran excesivo porque con estos resultados lo que se impone, a su juicio, es un adelanto de las legislativas prevista para marzo próximo. Zapatero, sin embargo, ha dicho por activa y por pasiva que no habrá anticipo electoral y que la legislatura se agotará cuando corresponde. Encima, lo volvió a ratificar ayer.
1397124194 Participación. Un dato que se antojaba misterioso antes de que comenzara el escrutinio, el de la participación dos puntos largos por encima del 64% del 2007, quedó aclarado en cuanto empezó el recuento. El aumento de votantes obedeció a un respaldo masivo al PP, un detalle que hizo saltar por los aires el axioma de que una alta afluencia a las urnas beneficiaba al PSOE. En esta ocasión, al menos, esta circunstancia fue rentabilizada por los populares, al punto que tras este domingo controlarán más poder municipal y autonómico que nunca en su historia. El mapa es azul se mire por donde se mire. Los populares ganaron todas las batallas que se presumían reñidas. Arrebataron a los socialistas las emblemáticas Extremadura y Castilla-La Mancha, además de Baleares y Cantabria. El PSOE solo puede retener, y con pactos mediante, sería Aragón. Asturias, única comunidad donde retrocede el PP a causa de la irrupción de Francisco Álvarez Cascos y su Foro Asturias, tiene casi todas las papeletas para ser gobernada por el exvicepresidente con el apoyo secundario de los populares. Un vuelco que ni en los peores sueños de los socialistas.
Para qué hablar de las ciudades. Los socialistas apenas retendrán, y también con alianzas que no serán fáciles de fraguar, un puñado de capitales después, hasta ahora gobernaban en una veintena larga, y son desalojados de dos plazas históricas, Barcelona, a favor de CiU, y Sevilla, que pasa a manos del PP Nunca, hasta ayer, un partido había perdido tanto poder autonómico y municipal de una tacada. Y la situación, aunque parezca difícil puede empeorar, porque en las negociaciones que se avecinan el PSOE cotiza a la baja y no tendrá fácil encontrar compañeros de viaje.todo lo contrario que el PP.