Diario de León

PUGNA POR EL LIDERAZGO EN LAS FILAS SOCIALISTAS

La retirada de Chacón propulsa a Rubalcaba y tranquiliza a Zapatero

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JUAN RUIZ SIERRA (MADRID)
León

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La enmarañada madeja en la que se ha convertido el futuro del PSOE comienza a desenredarse. La titular de Defensa, Carme Chacón, que desde febrero tenía decidido concurrir a unas primarias para ser la candidata a las generales, dio ayer, dos días antes de la reunión del comité federal que trazará la hoja de ruta para el cambio de liderazgo socialista, un paso atrás. Dijo la ministra, de forma acordada con José Luis Rodríguez Zapatero, que se retiraba de la carrera. Pero el anuncio, que tranquilizó al presidente e incluyó severos reproches a quienes considera que se han movilizado en su contra -del vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba al número dos del PSOE, José Blanco, pasando por el lendakari, Patxi López, y otros barones- ni cierra todas las heridas ni despeja todas las incógnitas que se ciernen sobre el partido.

Aunque la propuesta de celebrar un congreso para renovar el proyecto y apartar de la secretaría general a Zapatero pierde ahora peso, continúa sin estar claro que este no vaya a tener lugar antes de las generales. Y las recriminaciones de Chacón causaron escozor entre los partidarios del vicepresidente. Algo, sin embargo, se ha hecho evidente: nadie discute que Rubalcaba, el vencedor de este entuerto, será el candidato. Se abrirán las primarias, pero resulta improbable, según la dirección socialista, que alguien le plante cara. La única que le podía hacer frente -por apoyos en el partido, popularidad, trayectoria y ganas- era Chacón, que en febrero decidió presentarse a las elecciones internas y ya tenía la campaña muy preparada.

Según su entorno, nunca pensó que los partidarios del vicepresidente « fuesen a llegar tan lejos ». Que fuesen a presionarla tanto para que no se postulase, aunque según la ministra ese no ha sido el motivo de una decisión « autónoma y personal ». Pero, sobre todo, que fuesen a echarle un pulso al propio Zapatero -verbalizado por el lendakari y suscrito por otros dirigentes territoriales junto a Rubalcaba y Blanco- abogando por un congreso que, al desautorizar al líder, podría abocarlo, según muchos en el partido, a un adelanto de las generales.

En Ferraz, la calle madrileña donde se halla la sede central del PSOE, a las dos y cuarto de la tarde, con cara de circunstancias, Chacón, entro otras cosas, dijo esto: « Hemos asistido a una escalada que pone en riesgo la unidad del partido, la autoridad del secretario general, nuestra imagen colectiva e, incluso, la estabilidad del Gobierno ». Por la noche, en la SER, el primer secretario del PSC, José Montilla, suscribió la tesis de la ministra de Defensa. « Hay que hablar claro: estos días ha habido una campaña y no todos los actos y maniobras han sido limpios », señaló. Pasaron pocos minutos del anuncio de la ministra hasta que comenzó la marea de felicitaciones a su « valiente » y « generosa » decisión, pero hay algo más allá de los parabienes.

« Lo que ha dicho son excusas de mal pagador, reproches injustos. Chacón se ha dado cuenta de la realidad. No tiene apoyos suficientes en el partido. Si los hubiera tenido, se habría presentado, pero la realidad es que carecía de respaldo interno », sostuvieron los que abogan por Ru- balcaba. Aun así, puede que la ministra de Defensa no contara con el aliento de un aparato socialista volcado en el vicepresidente, pero desde federaciones tan numerosas y potentes como la catalana, la andaluza, la castellanomanchega y la madrileña le habían hecho llegar que podía contar con su respaldo. También el líder de UGT, Cándido Méndez, con quien comió hace muy poco.

Ahora el camino se encuentra despejado para el vicepresidente. Su primera batalla, la de parar unas primarias a las que él se ha opuesto en privado porque las considera contrarias a la unidad que debe transmitir el partido (y más tras el batacazo del 22-M), la ha ganado. Falta la del congreso, que Rubalcaba desea que se celebre para hacerse con la secretaría general y contar también con el control del PSOE. Él sigue sin decir nada en público, pero ayer otro miembro de la vieja guardia socialista, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, avanzó que el también ministro del Interior aceptará ser el candidato si tiene la « garantía » de que será secretario general « antes o inmediatamente después » de las generales.

« El congreso pierde fuerza, pero las federaciones siguen pidiéndolo », explicaron en la dirección del PSOE. Tras conocerse el anuncio de Chacón, los socialistas vascos, promotores de la idea, dijeron que mantenían una propuesta que el entorno del presidente considera « histérica ». « Zapatero comprende que tras el fiasco del 22-M es imposible que la gente no se ponga nerviosa y cunda el histerismo », explicaron fuentes cercanas al jefe del Ejecutivo, que confiaron en que el anuncio de Chacón invalide el congreso y alabaron el gesto « inteligente » de la ministra. Hoy, el líder socialista se reunirá con los dirigentes territoriales para frenar una idea que no todos comparten. Los socialistas catalanes y los andaluces, por ejemplo, están en contra.

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