Herrera inicia el mandato del ajuste

Lo había anunciado en la campaña electoral e incluso antes. Iba a ser la legislatura del recorte y de la austeridad y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, con los votos del Partido Popular y los votos en contra de la oposición socialista y del grupo Mixto, integrado por Izquierda Unidad y la UPL, cumplió lo dicho en su discurso de investidura. Juan Vicente Herrera anunció un recorte en el número de consejerías, en altos cargos, coches oficiales, regalos institucionales y hasta en comidas de empresa. Eso sí tardó en anunciarlo casi más de hora y media, de un discurso que se prolongó durante una hora y cuarenta minutos. «El Gobierno y la Administración de Castilla y León tendrán una estructura más reducida», aseguró Herrera, quien a partir de aquí comenzó a desgranar en qué se basará ese recorte. Las consejerías pasarán de las doce actuales a menos de diez, aunque no llegó a concretar el número exacto, y los «altos cargos y centros directivos», como los denominó Herrera, se verán reducidos en un 20%. El presidente de la Junta cifró el número de altos cargos en 103, por lo que ese recorte del 20% dejará el número en 82. Y no habrá que esperar mucho para ver hecho efectivo este recorte, porque el presidente de la Junta aseguró que será real en el primer Consejo de Gobierno de esta Legislatura.

Una reunión en la que, además, «pondré en marcha un código de austeridad para los altos cargos de la Junta y del sector público autonómico», explicó el presidente del Ejecutivo. Un plan que incluirá limitaciones como «la renuncia expresa a las indemnizaciones previstas por la asistencia a consejos u órganos de los que formen parte por razón de su cargo»; la obligatoriedad de realizar la actual declaración de bienes, coincidiendo con el inicio de mandato, y una posterior «al final del ejercicio, de modo que pueda ser acreditada la evolución del patrimonio». El coche oficial comenzará a desaparecer y «sólo tendrán asignación del mismo» los miembros del Consejo de Gobierno, eso sí «con un uso más racional y compartido de vehículos oficiales».

Estos son los recortes más llamativos, pero no los únicos anunciados ayer por Juan Vicente Herrera para ganarse la confianza de la Cámara, que le permitirá gobernar durante los próximos cuatros años. También habrá un plan de reducción del número de empresas y fundaciones públicas que son titularidad de la Comunidad, se restringirán los gastos en atenciones protocolarias y representativas, o lo que es lo mismo, se limitarán las comidas de trabajo y los regalos institucionales, que desde este momento sólo consistirán en publicaciones o productos elaborados por la propia Junta. Tampoco habrá gastos en publicidad, más allá de los planificados.

Menos consejeros en el Consultivo y en el de Cuentas. A su vez añadió que antes de finalizar junio enviará las Cortes un proyecto de ley para reformar los consejos Consultivo y el de Cuentas, de forma que el Consultivo pase de tener cinco consejeros a tres y la Junta perderá su actual prerrogativa de nombrar directamente a dos, y el de Cuentas también se reducirá a tres consejeros, que seguirán siendo designados por las Cortes autonómicas. Finalmente, entre las medidas de austeridad propuestas manifestó su intención de aprobar un Plan de Racionalización del Gasto Corriente que supone regular el techo de gasto de la Junta, con una auditoría al inicio del primer trimestre de cada año, con la que pretente saber exactamente cuál es el grado de ejecución de los proyectos en marcha y, sobre todo, si están teniendo el grado de eficiencia de cada uno de ellos, porque la «eficiencia» será una de los objetivos del Ejecutivo autonómico que presidirá el presidente de la Junta durante desde ayer y los próximos cuatro años.

Una eficiencia que será el eje de ese Plan de Racionalización del Gasto Corriente desde el próximo año y hasta el 2015, que irá ligado a otro de inversiones prioritarias para esos cuatro años.