Zapatero da el testigo a Rubalcaba
El Debate sobre el Estado de la Nación se convierte en un 'obituario' político; la proclamación del candidato el día 9 abre los cálculos de una crisis de gobierno
Ahora sí, José Luis Rodríguez Zapatero pasa a un segundo plano. El anuncio de que no sería el candidato del PSOE para las próximas elecciones generales ya lo apartó en buena medida del centro de la pista, pero el Debate sobre el Estado de la Nación sirvió casi de obituario político. El presidente del Gobierno negó al abandonar el Congreso, casi a mediodía, que el suyo fuera un discurso de despedida. Sin embargo, todos los grupos de la cámara lo interpretaron como tal. Llega la hora de Alfredo Pérez Rubalcaba.
El número dos del Gobierno ha optado por un perfil bajo durante las dos jornadas del debate, pero el PSOE se volcará ahora en lanzar su candidatura y en acomodar las estrategias a sus intereses. El problema es que esta última parte no termina de estar clara. Los socialistas no sólo tienen dudas sobre si les conviene o no agotar la legislatura; también barruntan sobre la pertinencia o no de que Rubalcaba continúe en el Ejecutivo.
En el PSOE hay quien asegura que su salida se producirá pronto y que cabe esperar una crisis de Gobierno en el «entorno» del 9 de julio, que es cuando el candidato será ya proclamado, con toda la pompa que la ocasión merece. Pero fuentes gubernamentales afirman que el interesado no ha tomado aún una decisión al respecto.
Lo que sí empieza a parecer ya una opinión mayoritaria entre sus más afines es que no sólo debería dejar el Ministerio del Interior, como es sabido que hará, sino que ya puestos sería mejor que lo dejara todo. El puesto de portavoz podría ser heredado por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, y el de Interior por su secretario de Estado, Antonio Camacho. A juicio de algunos socialistas, la vicepresidencia ni siquiera tendría por qué ser cubierta.
En todo caso, la elección del momento está también ligada, de alguna manera, al momento en el que puedan celebrarse las elecciones. El hecho de que Zapatero no dijera ni una vez durante el Debate sobre el Estado de la Nación que quiere llegar a marzo ha vuelto a disparar los rumores.
El jefe del Ejecutivo se limitó a decir que hay «tarea más que suficiente para los meses que quedan por delante». Y fuentes del grupo parlamentario alegan que dada la volatilidad de los mercados y de la situación griega es imposible asegurar que, pase lo que pase, se agotará el mandato. Eso, al margen de que las posibilidades de sacar adelante los Presupuestos será determinante.
El propio Zapatero dio a entender el martes, sin ningún rubor, que está en manos del PNV, la formación que hasta ahora le ha facilitado la aprobación de las cuentas públicas. En ese sentido, las cosas pintan relativamente bien porque también los nacionalistas vascos se han mostrado partidarios de que la legislatura no acabe antes de lo previsto. El secretario general del grupo parlamentario socialista, Eduardo Madina, se mostró asimismo optimista con las expectativas de alcanzar acuerdos.
Y más, dijo, después de ver cómo ha ido un debate en el que el PSOE esperaba salir trasquilado y, en cambio, se ha puesto las pilas. «Estamos enchufadísimos porque decían que estaba acabado, pero Zapatero ha barrido a Rajoy», presumió Eduardo Madina.