«Llevaba dos años en paro y ahora trabajo»
Ex empleados de la construcción y estudiantes aprovechan la oferta de empleos estivales para conseguir un contrato
«Llevaba dos años en paro y por fin tengo trabajo», dice Eduardo Álvarez, un joven leonés de 24 años que este verano ha firmado un contrato temporal en Casa Miche, un mesón situado en la plaza San Martín, el corazón del barrio Húmedo.
Eduardo es uno de los muchos trabajadores del sector de la construcción a los que la crisis ha dejado en la cola de parados. Ahora, después de casi dos años desempleado, por fin ha conseguido trabajo en el sector de la hostelería.
Eduardo ha conseguido este contrato de verano a través de una conocida que tiene contrato fijo en el mesón. Hasta este momento sólo había trabajado en la construcción, pero la debacle económica acabó con gran parte de los empleos del ladrillo y él, como otros muchos albañiles, han tenido que reconvertirse y buscar ocupación en otros campos.
Como él, Jason Iglesias, de 31 años, ha vuelto a encontrar en la hostelería un empleo para este verano. Iglesias empezó su andadura laboral precisamente en este sector a los 14 años, ocupación que dejó para buscar un trabajo con mejores prestaciones.
Hasta hace poco más de tres años trabajaba de comercial pero, también debido a la crisis, tuvo que abandonar esta profesión, para «desgraciadamente» volver a la hostelería.
En su caso, Jason firmó hace apenas 17 días un contrato temporal en un bar de la Plaza Mayor, en el que entró por su amistad con el encargado, aunque siendo trabajador «de toda la vida», afirma decidido que «quien quiere trabajar trabaja, aunque las condiciones con la crisis han empeorado mucho».
Iglesias opina que el aumento del paro se debe a los requisitos que la gente exige a la hora de aceptar un trabajo. Según este trabajador, hay que adaptarse a los tiempos de crisis y «conformarse con cobrar la mitad trabajando el doble» si realmente se quiere tener un empleo.
Como a ellos, el turismo en época estival da la oportunidad a muchos leoneses de trabajar mediante contratos temporales, la mayoría en el sector hostelero. Es el caso de Rebeca Fernández, de 19 años, estudiante en la Universidad de Salamanca, que pasa sus vacaciones en familia en León.
Durante los meses de verano, su trabajo como camarera en la cafetería Mishiara le permite ahorrar para el resto del curso lectivo. Igual que Rebeca, un gran número de estudiantes aprovecha el periodo veraniego para encontrar un empleo y conseguir unos ahorros.