Diario de León

«Alfredo en estado puro»... a pesar del esfuerzo

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melchor sáiz-pardo | madrid
León

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«Alfredo en estado puro». La frase se repitió una y cien veces al final de la presentación del candidato, cuando los cerca de 2.000 militantes socialistas que abarrotaron la más grande de las salas del Palacio de Congresos de Madrid abandonaban el recinto. Una frase lanzada, sin duda, como halago al todavía vicepresidente, pero que, en realidad, resume muy a las claras la imposibilidad de los organizadores de convertir la esperada puesta de largo del candidato en algo diferente y rompedor, en algo más allá del enésimo mitin tradicional del mismo personaje archiconocido-¦ y todo ello, a pesar de un notable alarde tecnológico y despliegue musical de radiofórmula teeneger .

Rubalcaba -” el Pérez ha sido vetado en todo el nuevo merchandising del candidato-” irrumpió en el Palacio al ritmo Black Eyed Peas y de una Rihanna que cantaba «soy el único que está al mando». Música disco a altísimo volumen y que contrastaba con lo poco casual del atuendo del protagonista de la fiesta, vestido para una cita que aspiraba a ser juvenil y fresca con el uniforme del Consejo de Ministros -”traje azul oscuro, camisa azul y corbata de rayas-”. Hasta Zapatero, que entró junto al candidato y que se mantuvo siempre en un discreto segundo plano, se atrevió a mostrar su cuello desnudo.

La llegada de Rubalcaba tres minutos antes del mediodía fue recibida con una ovación por un auditórium en el que no faltaba casi ninguna cara conocida del PSOE. Ni siquiera Carme Chacón. Eso sí, Felipe González no fue, porque, dicen, estaba de viaje. Ni una silla libre y decenas de personas sentadas en el suelo, como el exalcalde de Barcelona Jordi Hereu, que cambió el sillón consistorial por las frías escaleras. El entregado público, la mayoría llegado en autobuses desde todos los rincones de la comunidad de Madrid, tenía ganas de escuchar a Rubalcaba después de interminables minutos de bombardeos sobre lo moderno que es el candidato, que en cuestión de horas, además de web, ya se ha abierto cuenta en Facebook, Twitter, Flickr, Tuenti, Youtube, Slideshare-¦

«Rubalcaba, Rubalcaba-¦.», el mensaje machacón, sin referencia alguna al PSOE, se dejó ver una y otra vez en la pantalla gigante y en los rótulos digitales, encargados ahora convertir el ZP en la R.

Y hasta ahí las novedades. Rubalcaba, que apenas consultó sus notas, intentó ser fresco, pero hasta las bromas eran las de siempre. No ahorró a la concurrencia su recurrente chascarrillo de que el único punto de desacuerdo con Zapatero es que el presidente es culé y él «realmadridista». Y repitió sus dos técnicas más habituales de las ruedas de prensa: soltar en el momento más adecuado una frase redonda para que sea replicada por las televisiones y repetir siempre un par de veces las ideas claves de su discurso.

Quizás el único punto rompedor fue la aparición pública de Pilar Goya, la mujer de Rubalcaba, que en contadísimas ocasiones se le ve en público.

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