El Gobierno se la juega con CiU para dar el primer paso de los Presupuestos

El Gobierno se vuelve a enfrentar hoy a una votación decisiva en el Congreso. Si no logra aprobar el llamado techo de gasto público para el 2012 la elaboración de los Presupuestos del Estado quedará paralizada durante al menos dos meses y el gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero sufrirá la derrota parlamentaria más sonora de la legislatura, lo que podría suponer el último empujón para un obligado adelanto de las elecciones. Los socialistas aún negocian los apoyos necesarios para salvar el techo de gasto, pero creen que superarán esta bola de partido, aunque sea por la mínima, y que este martes también eludirán el desastre político, como ya hicieron en mayo del 2010 con la aprobación por los pelos del decreto de recortes o el pasado 22 de junio con la convalidación in extremis de la reforma de la negociación colectiva.

Los teléfonos de los portavoces parlamentarios de CiU y del PNV sonaron ya el lunes por la mañana y la vicepresidenta económica, Elena Salgado, les animó a colaborar en la aprobación del techo de gasto para no bloquear la elaboración de los Presupuestos, pero sobre todo como contribución a mantener la estabilidad institucional de España y fortalecer su imagen internacional en un momento delicado, en el que el país vuelve a sufrir las tensiones de los mercados de deuda, debido al empeoramiento de las calificaciones de Grecia y Portugal, que han colocado la prima de riesgo española en otro récord histórico.

Los negociadores socialistas se han centrado en lograr que CiU se comprometa a abstenerse en la votación, cosa que ya está asegurada, aunque los nacionalistas catalanes no tomarán la postura final hasta pocas horas antes de la votación. Si la abstención de CiU se confirma, el Gobierno dispondría de votos suficientes para ganar la votación porque aspira a que los 169 sufragios socialistas se vean incrementados por los cuatro de Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro, partidos de los que ahora es socio de gobierno en el archipiélago y Navarra. Con estas cuentas el voto del PNV, con el que aún no han abierto la negociación pero que pese a todo puede estar más cerca de la abstención que del no, sería inocuo, ya que contrarrestarían el rechazo previsto del PP y de todos los partidos de la izquierda minoritaria.

La abstención del PNV, e incluso su voto positivo, sería imprescindible para el Ejecutivo en el poco probable escenario de que CiU varíe su postura y se deslice hacia el no. Lo cierto es que la posición tradicional de los catalanes en la votación del techo de gasto de todos los gobiernos de Zapatero fue la abstención. Consideran el asunto un trámite técnico, que no les compromete a nada, y que sólo evita la obstrucción de la llegada de proyecto de Presupuestos al Congreso en septiembre. De hecho, su abstención luego nunca se ha transformado en apoyo a las cuentas públicas. Este año tampoco porque Josep Antoni Duran i Lleida ya adelantó que no contarán con su apoyo y que si Zapatero aspira a aprobarlos deberá buscar los votos del PNV.

Si el Gobierno saca hoy adelante la cifra de techo de gasto para el 2012, que prevé un recorte en los Presupuestos de 4.669 millones de euros, un 3,8% respecto al gasto público de este año, deberá volver a ratificar su validez el próximo jueves en el pleno del Congreso porque el PP y la izquierda, con mayoría en el Senado, rechazarán el marco presupuestario en la cámara alta el miércoles.