El PP cree que el cambio deja claro que el PSOE «no tiene nada nuevo que ofrecer»
Nada nuevo bajo el sol. Esta es la sensación que, según el comité ejecutivo nacional del PP, transmitió ayer Zapatero al anunciar los cambios en su Ejecutivo tras la marcha de Rubacaba. La secretaria general del PP indicó que los nombramientos de Elena Salgado, Antonio Camacho y José Blanco ponen de manifiesto que el PSOE «no tiene nada nuevo» que ofrecer a los españoles y que la crisis supone poco más que un remiendo. «Los españoles no quieren parches; lo que necesitan los ciudadanos es un gobierno nuevo para salir de la crisis», apostilló.
La lugarteniente de Mariano Rajoy auguró, partiendo de la base del discurso que ofreció Rubalcaba el sábado, una «radicalización» del mensaje del aspirante socialista basada en la demagogia. Lamentó que el ex vicepresidente primero haya iniciado su nuevo periplo político prometiendo «justo lo contrario» a lo que ha venido defendiendo durante los últimos siete años, como miembro del actual Ejecutivo socialista. Cospedal, como ejemplo de este doble lenguaje, puso como ejemplo de este doble lenguaje la promesa de Rubalcaba de ayudar a los trabajadores, pensionistas y jóvenes, «que son a los que más daño han hecho durante la crisis». Por todo ello, insistió en tildar de «tomadura de pelo» las medidas para remontar la actual coyuntura económica anunciadas por Rubalcaba. «¿Si son tan eficaces, por qué no las ha puesto en práctica en los últimos siete años o, incluso, por qué no comienzan a ejecutarlas desde mañana mismo?», ironizó.
CiU pide un recorte de ministros. Por su parte, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, lamentó ayer que Zapatero y Rubalcaba hayan «desaprovechado una gran oportunidad» para reducir el número de ministerios. Según Duran, «es una remodelación hecha al dictado de lo que Rubalcaba ha creído necesario, algo lógico por otra parte».
Se ha perdido, a su juicio, «una gran oportunidad para reducir la estructura del Gobierno», dado que se podría haber unificado algunos ministerios, «en sintonía» con las propuestas del propio Rubalcaba en favor de «simplificar las administraciones». Para Duran habría sido preferible hacer desaparecer el Ministerio de Cultura.