Diario de León

Zapatero cierra el curso político sin anunciar ni un proyecto para otoño

El jefe del Ejecutivo no quiso desvelar en el Congreso si habrá adelanto electoral

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alfonso torices | madrid
León

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José Luis Rodríguez Zapatero cerró ayer el curso político con un debate parlamentario de cuatro horas, pero abandonó el Congreso sin querer desvelar si adelantará las elecciones generales a noviembre o si agotará la legislatura hasta marzo. No dedicó ni una palabra a clarificar la gran incógnita pese a que el PP y CiU volvieron a colocar la urgencia del adelanto sobre el tapete. Para muchos diputados, de hecho, la mejor pista sobre las posibles intenciones del presidente fueron justamente sus silencios. Zapatero se despidió en la última sesión del Congreso con tono de balance de gestión y sin siquiera esbozar o citar un solo proyecto o tarea concreta de su Gobierno para el próximo otoño. Ni abordó la necesidad de completar en las cámaras la tramitación de las reformas estructurales pendientes ni tuvo interés por comentar con sus socios potenciales el asunto que más preocuparía a cualquier Ejecutivo en minoría tras el verano: la posibilidad de negociar y aprobar los Presupuestos para el 2012. Todas sus palabras, y sobre todo sus silencios, fueron las de quien no parece tener deberes pendientes o de quien piensa o sabe que la legislatura concluirá en breve, sin tiempo para más pactos o trabajos parlamentarios. Acuerdos en la UE. El presidente del Gobierno vino al Congreso a explicar exclusivamente los acuerdos de la cumbre europea del jueves pasado y nadie logró sacarle de ahí, pese a que casi todos los grupos lo intentaron. Su discurso se centró en defender la bondad del segundo plan de rescate para Grecia, que su Ejecutivo apoyó sin reservas, y en señalar que sus efectos tienen que descartar el riesgo de contagio de España y rebajar la presión de los mercados sobre la deuda, aunque reconoció que esto último no ocurrirá «de un día para otro, tras tantos meses de turbulencias». En su discurso sólo planteó tres tareas para un futuro inmediato, una con fecha de cumplimiento justo para después del verano y las otras dos genéricas, de las que podrían completar su Gobierno o cualquier otro que pudiese sucederle tras un anticipo electoral. La que tiene fecha es terminar la reestructuración del sector financiero, objetivo que estableció en septiembre, con el fin del proceso de capitalización de entidades. Las otras son que el Ejecutivo va a actuar «en la misma línea y con la misma determinación» para cumplir con su compromiso de reducción del déficit público al 6% en el 2011 y que los países europeos tienen que abordar a la mayor brevedad del cierre de los detalles del acuerdo de estabilidad financiera del jueves, para que tomen nota los mercados. Adelanto electoral. Desde la oposición le invitaron a entrar en tres aspectos relacionados con el adelanto electoral, pero se zafó de los tres intentos. El primero —aparte de los de CiU y PNV— y más directo lo protagonizó Mariano Rajoy cuando le dijo que España está «en la enfermería de la zona euro» y en «el pelotón de los desafortunados» exclusivamente «por sus errores» en política económica, los mismos que han puesto al país en el punto de mira de los mercados —que «no confían en usted»— y han disparado el diferencial de riesgo de la deuda.

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