Diario de León

Obituario | Manuel c. Cachafeiro

Un político siempre al lado de Zapatero

Emilio Sierra convirtió a La Robla en espejo de la gestión socialista en los años 80 y 90 antes de dar el salto a la Diputación y hace unos años al Consejo de Cuentas

Emilio Sierra.

Emilio Sierra.

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El bar Alba´s, en la plaza de la Constitución, ha sido siempre el templo del socialismo roblano. Una forma de vivir la política que poco o nada tiene que ver con este estilo capitalino, acostumbrado a pensar que el PSOE es una marca más como Lacoste o Tous. Pese al tiempo transcurrido desde que dejó la Alcaldía, en 1999, Emilio Sierra seguía acudiendo casi todos los días al Alba-™s. En Palencia era consejero de Cuentas de Castilla y León; pero en la Robla era Emilio, Emilio para sus amigos y Sierra para todos los demás.

Su blog de La Trastera era ahora su refugio; el lugar donde contar sus historias, sus recuerdos, sus rutas de montaña, ¡qué paradoja del destino!. También un cajón de sastre donde había sitio para comentarios políticos. Pocos, aunque Sierra siguiera manejando los hilos de buena parte de la política roblana, en la que se siguen sin cerrar algunas heridas abiertas.

Sierra, o mejor dicho, Emilio, formó parte de aquella generación que acompañó a José Luis Rodríguez Zapatero en su etapa al frente del partido en León. Su carácter bonachón le convirtió en imprescindible en cualquier negociación, en la que siempre se guardaba una última carta en la manga por si fuera necesaria, porque Sierra y Emilio eran los auténticos fontaneros de aquel grupo, del que también formaban parte Francisco Fernández, Miguel Martínez, Ángel Villalba, Antonio Canedo o José Giménez. El éxito de todos ellos fue acabar con la vieja guardia y catapultar a Zapatero a metas nunca soñadas.

Muchas veces, Za patero visitó el Alba´s, sobre todo en las fiestas de Celada, en agosto. Sierra convirtió a La Robla en espejo de la gestión socialista cuando llegó a la Alcaldía en 1986, y así se construyeron la Casa de Cultura, el Hogar del Pensionista, el pabellón de deportes o las primeras pistas de atletismo que tuvo la provincia de León. Hoy todos los pueblos las tienen; pero entonces eran muy pocos. Antes había sido teniente de alcalde y presidente de la Junta Vecinal de Llanos, su pueblo natal. Estaba claro que le gustaba la política, pero como se vivía en La Robla. Su salto a la Diputación, sin embargo, no fue entendido por una parte del pueblo. En lugar de verlo como un premio, pensó que Sierra, esta vez Sierra, no atendía el Ayuntamiento como se merecía, algo completamente falso porque también fue una época de muchas inversiones. El PSOE ganaba con mayoría absoluta, pero a la vez su gestión era polémica en los medios de comunicación por las exigencias de una auditoría. Sierra siempre encajó las críticas. Su llegada al Consejo de Cuentas en 2003 fue un premio, en el que tuvo mucho que ver Zapatero.

Ahora la historia le juzgará. Y fue un buen alcalde. Eso está fuera de toda duda.

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