El diputado general de Guipúzcoa da su apoyo público a los presos de ETA
El dirigente de Bildu aprovechó la fiesta de San Ignacio para mostrar su respaldo
La primera festividad de San Ignacio que se celebra con un miembro de Bildu como diputado general de Guipúzcoa evidenció ayer los diferentes estilos que siguen existiendo en el País Vasco. A la entrada de la Basílica de Loyola, en Azpeitia, Martin Garitano hizo suyas todas las reivindicaciones de los presos de ETA, mientras la consejera de Educación Isabel Celaá, en representación del Gobierno vasco, exigía a la coalición soberanista que pida la desaparición de la banda. Dentro del templo, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, exclamaba que el «arrepentimiento» de los terroristas es «el primer paso hacia la reconciliación».
La homilía en honor del patrón de Vizcaya y Guipúzcoa reúne cada año a las principales autoridades vascas. Aunque se trata de una ceremonia religiosa, tiene un transfondo social. A la misma siempre acudían los lehendakaris y los diputados generales. Patxi López, en cambio, ha optado por ausentarse en los tres años que lleva gobernando. De hecho, es inusual ver al líder del PSE en actos religiosos y la representación del Gobierno vasco suele recaer en Celaá.
Polémica. A la cita también asiste habitualmente una delegación de familiares de presos de ETA, que espera a la comitiva de autoridades exhibiendo fotografías de los reclusos. Durante la época de Juan José Ibarretxe incluso llegaron a entregar en mano al exlehendakari alguna petición. Pero la tensión ha aumentado en los dos últimos años y ya en el 2009 Celaá fue recibida con una sonora pitada.
Todos estos ingredientes se repitieron ayer con el añadido de un nuevo protagonista, Garitano, quien optó por una vía intermedia. Acudió a la recepción que se ofrece a las autoridades en el Ayuntamiento de Azpeitia y participó en la comitiva que marchó hasta la Basílica, pero no entró a la misa.
Ayer también hubo otra notable diferencia. Si Celaá fue recibida en anteriores ocasiones con silbidos, Garitano lo hizo ayer entre aplausos y gritos a favor de los presos de ETA por parte de los familiares presentes. A las puertas del templo, el diputado general de Guipúzcoa hizo suyas las peticiones de los manifestantes que también forman parte del ideario de Bildu. Garitano reclamó la derogación de la doctrina Parot porque supone la «cadena perpetua» para los reclusos, el fin de la dispersión, la libertad de los presos enfermos, de los que están en condiciones de «alcanzar la libertad condicional», así como la legalización de Sortu, ya que «hay un sector político importante que sigue ilegalizado». Tras recordar el «ciclo político nuevo» que está viviendo la sociedad vasca, se acercó a saludar a las decenas de familiares de presos que se encontraban en las inmediaciones.
La respuesta del Gobierno vasco llegó al final de la jornada. Celaá exigió a Bildu que «hable claro y fuerte pidiendo la disolución de ETA».