Diario de León

Rubalcaba reprocha a Zapatero que no consultase la reforma con el PSOE

El partido, a pesar de las críticas, cierra filas y respaldará sin fisuras la medida.

Rubalcaba, en la reunión con los barones socialistas ayer en Ferraz.

Rubalcaba, en la reunión con los barones socialistas ayer en Ferraz.

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alfonso torices | madrid
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Los problemas que acarrea la bicefalia que viven los socialistas se mostraron ayer en toda su crudeza. Alfredo Pérez Rubalcaba, el candidato a las elecciones generales, reprochó al presidente del Gobierno y todavía secretario general de la formación, José Luis Rodríguez Zapatero, ante toda la cúpula del partido, lo mal que ha gestionado la propuesta de reforma constitucional y la convulsión y el daño interno que causó con su actuación por sorpresa y sin debate previo en el partido.

El profundo malestar que ha desatado entre los socialistas la reforma impulsada por Zapatero para constitucionalizar la limitación del déficit público obligó ayer, víspera de que el Congreso inicie hoy el debate de la medida, a organizar un gran cónclave en el PSOE para solventar las dudas, calmar los ánimos y cerrar filas. En una sola jornada, Zapatero compareció ante la ejecutiva federal para dar explicaciones, Rubalcaba debatió el asunto con los barones autonómicos y se reunió con los grupos parlamentarios de ambas cámaras para acabar con las suspicacias y asegurarse que actuarán como una piña y sin fugas en las votaciones con las que se aprobará la reforma entre esta semana y la próxima.

Pese a las críticas al contenido y al planteamiento de la reforma y a una demanda general para que se explique mejor, el candidato logró el apoyo al acuerdo final y que el partido se comprometiese a cerrar filas.

1397124194 «Yo no lo hubiera hecho así». Rubalcaba, en su intervención a puerta cerrada ante la ejecutiva, le dijo a Zapatero que antes de anunciar la iniciativa ante el pleno del Congreso, el martes de la semana pasada, y coger por sorpresa a sus propios ministros y al grupo parlamentario, debió de haber debatido el asunto con más calma y en los órganos de dirección del PSOE. «Yo no lo hubiera hecho así», dijo al plenario, para añadir «así se lo dije el lunes (de la semana pasada) al presidente».

El candidato no ocultó que planteó a Zapatero desde un principio sus «reticencias» a introducir en la Constitución un límite al déficit y que solo aceptó negociarlo tras conocer los serios riesgos a los que se enfrenta la estabilidad de las finanzas españolas y una vez que supo que el líder de la oposición, Mariano Rajoy, estaba dispuesto a pactar la reforma.

«El lunes por la noche, por responsabilidad, y por el estrecho margen que teníamos, le dije al presidente: adelante». Sabedor de las heridas que iba a provocar este asunto en las filas socialistas y en su electorado, añadió que desde ese momento asumió «una responsabilidad enorme, siendo el candidato del partido, y por eso me empeñé en mejorar la propuesta para lograr el mejor acuerdo posible». De hecho, el líder de facto de los socialistas dijo estar satisfecho de que «mis tesis» se impusiesen en la fórmula final que va a aprobar el Parlamento, que no incluye una cifra como tope de déficit en la Carta Magna, algo que sí aceptaba Zapatero.

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