Reunidos en Madrid hasta última hora

Las negociaciones entre Unicaja y Caja España-Duero llevan meses, pero se han intensificado en los últimos días, sobre todo una vez que los representantes de los trabajadores renunciaron a los privilegios que les venían marcados en el plan social, que se firmó en Tordesillas tras la fusión entre Caja España y Caja Duero. De hecho, según las fuentes a las que ha tenido acceso este periódico, ese fue uno de los puntos de inflexión que desbloqueó las negociaciones de ambos presidentes, Braulio Médel y Evaristo del Canto.

Todavía ayer estaban en Madrid los dos presidentes limando los últimos flecos de la negociación. Aquellos que tienen que ver con el reparto de las mayorías y de las minorías necesarias para aprobar y para vetar una decisión en el nuevo consejo.

Pero el camino no acaba aquí. Ahora queda nombrar los consejeros del nuevo banco, algo que España-Duero ya ha hecho con mucha polémica por las claras connotaciones políticas de algunos de ellos, como Pablo Pérez Robla y Miguel Ángel Álvarez, ambos del PSOE, pero que Unicaja aún no ha decidido.