La izquierda aberzale quiere reunirse cara a cara con los presos de ETA
La izquierda aberzale quiere ganarse a los presos de ETA, en el momento en el que los cerca de 550 internos terroristas debaten su adhesión a los principios del Pacto de Gernika, el acuerdo firmado hace un año por una treintena de colectivos independentistas en el que se aboga por una alto el fuego definitivo y verificable de la banda armada.
Una veintena de representantes de los firmantes de aquel acuerdo, sabedores de que la banda ha perdido buena parte de su influencia entre sus presos, viajaron ayer a Madrid para pedir a la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, que les permita entrar a los centros para explicarles cara a cara a los reclusos sus propuestas para llegar al fin definitivo de ETA.
Pero la izquierda aberzale quiere contrapartidas por parte del Estado. Sus representantes fueron a la capital de España también para exigir al Gobierno, gestos hacia esos presos, como el fin de la dispersión del colectivo, acabar con la «cadena perpetua» de la doctrina Parot, la excarcelación de los reclusos enfermos, la libertad condicional de los internos que ya han cumplido buena parte de su condena y, en general la aplicación a la colonia etarra de los beneficios penitenciarios de los que gozan la práctica totalidad de los internos comunes.