Diario de León

nueva ordenación del territorio

Los alcaldes piden consenso y diálogo

Los municipios grandes ven con buenos ojos la propuesta de la Junta, que no convence a los pequeños.

El alcalde de Carrizo, uno de los 28 entrevistados

El alcalde de Carrizo, uno de los 28 entrevistados

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León

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Consenso, estudio y voluntariedad son las palabras más repetidas por los alcaldes de la provincia ante la decisión de la Juntade reducir los 2.248 ayuntamientos de la comunidad en 300 distritos de interés comunitario. Al margen de su signo políticos, los regidores coinciden en una idea: si el proyecto se lleva a cabo, deben «evitarse los errores, para lo cual es fundamental el diálogo y la unanimidad en este término» por lo que apuestan por una participación activa en el proceso.

Los ayuntamientos más grandes, como León, Ponferrada, Astorga o La Bañeza, no temen perder su cabecera en la reagrupación pero apuntan a la necesidad de una correcta redistribución para poder llegar a todos los municipios. Por su parte, localidades con menos número de habitantes como Villadangos o Valverde de la Virgen no están dispuestos a perder su autonómía y recalcan que «los grandes también deben aprender de los pequeños».

No obstante, la polémica y la división en el tema están servidas, porque aunque haya unanimidad en que la decisión debe ser consensuada, ningún consitorio está dispuesto a perder su autonomía. Frente a los que apoyan la medida como Villablino o Valencia de Don Juan, se sitúan aquellos como Carrizo o Hospital de Órbigo que indican que esta propuesta prentende ocultar problemas mayores o se niegan rotundamente a perder la cercanía de los ayuntamientos.

Aunque en principio la idea central para esta reorganización es la asociación voluntaria y no habría supresión de ayuntamientos, los núcleos pequeños no están del todo convencidos de ello.

La propuesta pretende mejorar los servicios y dinamizar zonas con problemas. En este punto vuelve a aflorar el consenso entre la mayor parte de los alcaldes, ya que son muchos los que opinan que ésta pude ser una medida que reflote la crítica situación que atraviesan ciertas áreas y podría abastecer de necesidades básicas a pequeñas localidades que de otra manera no sería factible. La voluntariedad es otro punto unánime, todos coinciden en que no podrá imponerse la agrupación y que debe ser una decisión voluntaria, que tenga en cuenta a los ciudadanos que son los principales afectados o beneficiarios, según como se mire o quién opine, de este plan. La pregunta de nuestros alcaldes recae, sobre todo, en qué pasa con el modelo ya existente de las mancomunidades y que en principio tiene el fin de satisfacer las necesidades básicas de los leoneses.

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