«La única solución para un niño en silla de ruedas es cambiarle de centro»
El problema de las barreras arquitectónicas en los colegios públicos de León afecta a diversas asociaciones de discapacitados leoneses, como es el caso de Aspace. Su presidente, Manuel Rocandio, manifesta su disconformidad con el hecho de que si un niño sufre un accidente, la única posibilidad que le brinde su colegio sea la de cambiar de centro. «Lo que pienso es que no es el niño en cuestión el que se tiene que adaptar, sino el propio colegio. La Administración es la que tiene que solucionar el problema».
De esta manera, Rocandio significa que «estos niños son ciudadanos, y como tal tienen el derecho de elegir libremente el centro educativo al que quieren acudir».
Un ejemplo de ello es una niña que estudiaba hace algún tiempo en un colegio público leonés y, tal y como confirma José Antonio Ferrero, de Fete-UGT, padecía una enfermedad que le obligaba a utilizar una silla de ruedas y su colegio no contaba con el acondicionamiento necesario. Por este motivo, su hermana mayor se veía obligada a acompañarla todas las mañanas y todas las tardes al colegio, donde tenía que cogerla en brazos para subir las escaleras. «Finalmente la familia se decantó por cambiarla de centro», declaró Ferrero.
Por otra parte, el presidente de Aspaym, Francisco Sardón, apunta que, a pesar de no haber recibido ninguna queja, recientemente, por discriminación a estos niños, «algo que sería denunciable», «el sistema educativo ha de incidir en el respeto de los alumnos, desde bien pequeños, a los demás y, en especial, a la población más vulnerable».
Además, Sardón añade que tanto los profesores como la propia familia «tienen una gran responsabilidad», ya que «las personas, en muchas ocasiones, pueden dañar la autoestima de los demás».
No obstante, el presidente de Aspaym manifesta su preferencia por «una ecuación de integración e inclusiva» en la que los niños «se acostumbren a vivir en una sociedad diversa, a estudiar y a compartir con niños que, en este caso, no tienen las mismas habilidades físicas que los demás», concluye.
A pesar de esto, Sardón confirma que «en general, la mayoría de los colegios públicos de León aprueban en materia de accesibilidad y supresión de barreras», aunque «no hay que olvidar que al hablar de accesibilidad hay que hablar de algo universal».
Por su parte, Asterio Gaitero, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos, Fapa, también manifestó su defensa por una «escuela inclusiva» en la que «todos tengan su sitio, integrando con la mayor normalidad posible a los alumnos con necesidades educativas especiales».
Por este motivo, ante la posibilidad de que los niños en silla de rueda se reúnan en la misma clase o en el mismo colegio, Gaitero manifesta su disconformidad ya que «lo importante es la integración».