Ascensores, rampas, puertas y aseos

El acuerdo de 2004 de la Junta de Castilla y León sobre la Accesibilidad y Supresión de Barreras estipula, como de obligado cumplimiento, que todos los centros educativos «habrán de ser accesibles y utilizables por personas con discapacidad y, especialmente, por aquellas con movilidad reducida».

Asimismo, «existirá, al menos, un acceso al interior de la edificación debidamente señalizado que deberá estar desprovisto de barreras y obstáculos que impidan o dificulten la accesibilidad».

En cuanto a los pasillos, éstos deben tener una anchura mínima de 1,20 metros, al igual que cada una de las puertas.

Por otro lado, esta normativa determina que los centros de enseñanza deben contar con rampas, ya sean mecánicas o no, con una pendiente máxima del 8%, así como ascensores, aseos, baños, duchas y vestuarios que se encuentren correctamente adaptados.

No obstante, la mayoría de los colegios leoneses fueron construídos antes de la entrada en vigor de esta normativa, «por lo que hacen apaños para salir del paso», como declara la responsable de Enseñanza de CC.OO, Eugenia Robles, que añadió que en el caso del colegio Camino del Norte, en Eras de Renueva, de más reciente construcción, «cuenta con mejores condiciones».