ACUERDOS LOGÍSTICOS EN CADENA | EL TRANSPORTE BUSCA NUEVAS VÍAS
Un eje ferroviario de unión con Europa
Castilla y León y cinco comunidades del noroeste piden a la UE «prioridad» para el corredor Atlántico . El proyecto conectaría a las empresas leonesas con puertos y plataformas logísticas de once países.
Seis comunidades del noroeste de España suscribieron ayer una declaración institucional de apoyo al corredor ferroviario Atlántico de transporte de mercancías, que cruza el continente a lo largo de 2.000 kilómetros desde Portugal hasta Noruega y mueve al año unas 100.000 millones de toneladas por kilómetro.
El corredor del Atlántico se convertiría así en un arma para la competitividad de las empresas leonesas, que a través de las líneas ferroviarias, formarían parte de la zona de fácil acceso a los puertos atlánticos y plataformas logísticas europeas. Y es que León estaría conectado, a través de este eje, con otros once países del continente.
Las comunidades de Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria, Navarra y el País Vasco defendieron ayer, con la firma de un documento conjunto, la inclusión del Corredor del Atlántico entre las líneas principales y básicas de la Red Transeuropea de Transportes. La Plataforma de Impulso de este corredor también insta al Gobierno de España a llevar a cabo la finalización de la red de Alta Velocidad del Norte y Noroeste de España, con el fin de favorecer el equilibrio territorial y social. Asimismo apoya las inversiones en adecuaciones de la red, las conexiones portuarias y las plataformas logísticas intermodales.
Los representantes de las seis comunidades rubricaron ayer en Valladolid el Protocolo de Alianza de las Autonomías del Noroeste Ibérico, a favor del Arco Atlántico, que compite con otros dos posibles corredores para entrar a formar parte del diseño de un nuevo mapa de mercancías europeo. Los otros dos rivales son el eje Central, que pasaría por el centro de España hacia Lisboa, y el del Mediterráneo, que rodearía la península desde Cataluña, pasando por Valencia y Almería, para desembocar igualmente en Lisboa.
El objetivo del nuevo mapa transeuropeo de mercancías es el de impulsar el transporte ferroviario y marítimo, con la finalidad de reducir la saturación de las infraestructuras viarias. La fachada Atlántica soporta el 50% del tráfico de mercancías entre la Península Ibérica y Europa, y tan sólo el 1% se efectúa en ferrocarril y el 16% por mar, mientras que el 83% restante se realiza por carretera.
Sobre este tema, el director de Transportes del País Vasco, Mikel Díez Sarasola, recordó que la apuesta del eje Atlántico cumple con el reto de cambiar el modelo de tránsito de mercancías, que aprobó la Comisión Europea el pasado mes de abril en el Libro Blanco del Transporte. Un acuerdo con el que se exige la reducción del 60% de las emisiones a la atmósfera, de las que este sector es el responsable del 25%. Además, este acuerdo obligará a «transferir el transporte de mercancías al ferrocarril o al mar» para poder cumplir con la obligación de reducir en un 30% la emisión de gases invernadero en el año 2030, y en un 50% en 2050.
La propuesta de estas seis comunidades autónomas se muestra como una «opción competitiva y sostenible» frente al transporte por carretera. El proyecto busca la evolución de las redes ferroviarias a una escala europea en la que no haya «rupturas» a partir de los Pirineos, provocadas por los diferentes anchos de vía, sistemas de electrificación o comunicaciones compatibles. De este modo se mejorarían los recorridos de larga distancia y las conexiones con los puertos. Además, apuestan por impulsar los distintos enlaces con las plataformas multimodales.
«Con unas conexiones óptimas con los puertos y las plataformas se reducirían los tiempos y los costes», advirtió el director de Transportes del País Vasco, quien añadió: «Hay que buscar modos alternativos a la carreta para ganar en competitividad y crecimiento económico».