«No será una democracia sin memoria»

El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que el anuncio de cese de la actividad armada hecho por ETA supone la victoria «de la democracia, de la ley y de la razón» y pidió unidad al Gobierno y al Parlamento que salgan de las urnas el 20-N para «conducir esta nueva etapa».

Zapatero compareció en el Palacio de la Moncloa tras hacerse público el comunicado de la banda y tuvo palabras de especial recuerdo para las víctimas: «La nuestra será una democracia sin terrorismo, pero no sin memoria». El comunicado tiene una «importancia trascendental» porque «la razón democrática» se ha abierto camino «de un modo definitivo».

«Con la contención a la que obliga la historia», manifestó, es un día para vivir «la legítima satisfacción por la victoria de la democracia, de la ley y de la razón». Tras asegurar que la unidad de los partidos democráticos vascos y españoles ha sido decisiva para alcanzar este «final», destacó que al Gobierno y al Parlamento que resulten de las próximas elecciones «les corresponderá conducir esta nueva etapa, que también deberá responder a un compromiso unitario».

Entre todos sus agradecimientos a las personas que han contribuido al final de la banda terrorista, Zapatero elogió el «temple y la firmeza» de la sociedad española, «guiada por la referencia segura del Estado de derecho que hoy definitivamente y sin condiciones triunfa como único modelo posible de convivencia». Destacó la determinación de «todos y cada uno» de los gobiernos democráticos y de sus presidentes de acabar con la violencia y consideró de justicia reconocer la labor de los ministros del Interior, en especial de los que le han acompañado en esta etapa, en referencia a José Antonio Alonso, Alfredo Pérez Rubalcaba y Antonio Camacho.

Zapatero subrayó la acción «tenaz y eficaz» de la Policía y de la Guardia Civil, «cuyo sacrificio y generosa entrega al servicio de los ciudadanos les ha costado tantas veces su propia vida», y agradeció la acción de la Justicia y de los servicios de inteligencia. No olvidó la contribución de Francia, con quien España, según dijo, ha adquirido una «perpetua deuda de gratitud».

En su discurso, subrayó el papel central de las víctimas. «La memoria de cada una de las 829 víctimas mortales y sus familias, de tantos heridos que padecieron el injusto y aborrecible golpe del terror, acompañara siempre a las futuras generaciones de españoles», garantizó.

Con tono solemne, Zapatero resaltó que la sociedad vasca podrá ahora disfrutar al fin de «una convivencia no anudada al miedo o a la intimidación, plenamente libre, en paz».