JUAN MORANO MASA CABEZA DE LISTA DEL pp AL SENADO
«Las listas abiertas son la única forma de ver quién es cada quién»
Quien se pregunte qué hace el veterano político en las listas del PP leonés al Senado que sepa que fue una decisión personal de Mariano Rajoy. Lo demás que se pueda decir al respecto «son miserias». No cree que 32 años en poderes públicos le hayan amortizado como dirigente y da por olvidados sus coqueteos con el leonesismo. «Dios dirá» dentro de cuatro años.
El animal político ha calmado las formas con la edad. Se muestra mesurado, incluso cuando se le achucha con los jaleos internos del partido. Aunque a veces se asoma Morano el de siempre, el hombre controvertido que sabe dar titulares polémicos y apuñalar a su adversario mientras sonríe. Fue alcalde de León desde las primeras elecciones democráticas hasta 1995, con el paréntesis de los quince meses del pacto cívico (1987-1989). Es diputado desde el año 2000 y encabezó la candidatura del PP al Congreso en el 2004 y el 2008, cuando precisamente el PSOE consiguió unos resultados electorales extraordinarios. No parece que vaya a abandonar.
—Cumple 70 años el próximo diciembre, ha sido alcalde, diputado y ahora va para senador. ¿No está ya amortizado Juan Morano?
—Entiendo que no, ni veo la razón. En esto se crean tópicos que no se ajustan a la realidad. Mayores de 60 años los hay en todos los sitios, con lo cual la gente que está en activo puede seguir. Si además es un hecho que se prolongará la edad de jubilación, no podemos crear jubilados. La política es un «arte», necesita veteranía y necesita aprenderse. Y puede haber una mezcla de gente joven y gente mayor; el vicepresidente de los Estados Unidos tiene mi edad.
—¿Qué ha aportado a la política en los últimos 32 años?
—Entusiasmo, responsabilidad, ganas de hacer y sumarme a la tarea colectiva en cada puesto. Mi época de alcalde fue entusiasta y feliz, e intenté hacerlo lo mejor posible, como en el Parlamento.
—Concretamente, ¿qué ha hecho en el Congreso por León?
—En el Congreso no se puede hacer nada por León, ni por Valladolid ni por Sevilla. No se cortan cintas en el Parlamento.
—¿Puede explicar lo que hace un senador?
—Que el Senado todavía no tiene todo el contenido que debería tener como cámara territorial, es posible. Que se le pueda dar mayor entidad, también.
—Ya que habla de territorialidad, ¿plantearía o apoyaría un León solo en el Senado?
—Cada cosa tiene su tiempo y ahora lo que interesa a la sociedad no es eso. Lo que le preocupa al ciudadano es fundamentalmente el paro, el desasosiego de no tener trabajo y que cada día pierdas expectativas y futuro. Es la primera encomienda que el pueblo le encarga al Gobierno que salga de las urnas; no hay tiempo. Si la gente no tiene lo básico, es muy difícil que le interesa cualquier otro tema de los que todos conocemos.
—No ha respondido, ¿votaría que sí o que no?
—No, eso tuvo su momento y en éste no sería oportuno. Hay que cerrar el mapa territorial, hay que cerrar definitivamente el tema de Cataluña y el País Vasco y poner en práctica lo que dice la Constitución, que es que España es una nación única. La autonomía de Castilla y León funciona y ahí están los resultados electorales: los que predican otro tipo de planteamientos autonómicos no tienen respaldo popular, lo cuál significa que eso no precupa a la gente.
—Se cae otro mito leonesista.
—Ya no hay opción. Decía un ilustre que en política todo lo que no es posible no existe.
—¿Qué es el cambio?
—Que vuelvan a surgir esas cosas que en este momento están apagadas y que son consustanciales para vivir: la ilusión, ver la luz al final del túnel, la garantía de las seguridades personales y económicas de los ciudadanos...
—¿Cuál es su objetivo para los próximos cuatro años? Por cierto, ¿cuáles son sus expectativas personales para el 20-N? ¿Con cuántos votos se daría por satisfecho?
—Los sondeos son indicativos y parece que en estos momentos hay una ola de cambio. El Gobierno no ha sido capaz de crear expectativas y ha fracasado. La gente necesita algo nuevo y eso lo representa el Partido Popular, un partido serio y sensato, con tendencias y comportamientos normales. Aquí no va a ocurrir nada anormal, esto [ la democaracia ] está consolidado. ¿Cuál es el objetivo? No hay otro que el empleo. Difícilmente tú estarías motivado para hacerme esta entrevista si supieras que mañana o pasado te van a despedir. [ El candidato divaga un buen rato sobre su percepción de la España actual y sigue sin contestar con concreción a las preguntas ].
—¿Dice que si el PP hubiera gobernado durante estos últimos cuatro años, la cosa pintaría mejor?
—No lo sé, porque no tengo ni idea de ciencia-ficción. Lo que sé es que en 1996 las arcas estaban vacías, el PP las llenó y creó cinco millones de empleos. La situación de ahora es más complicada que entonces. Por eso es necesario un respaldo fuerte en estas elecciones. [ Vuelve a enmarañarse en su propio discurso, ahora acerca de la relación entre políticos y ciudadanos ].
—Intente ser más concreto. Por ejemplo dígame si es verdad que fue una decisión personal de Mariano Rajoy que usted fuese el cabeza de lista al Senado.
—Sí.
—¿Le ha traído problemas con el partido? Siempre se ha rumoreado que era un puesto pretendido por la presidenta del PP leonés.
—No lo sé. Esas cosas me parecen miserias. No entro en ese tema, cada uno tiene su responsabilidad.
—¿Cómo son entonces sus relaciones con el partido?
—Buenas, el partido es un montón de gente.
—Con la dirección quería decir.
—No tengo ninguna relación.
—¿Y eso qué significa?
—Que no tengo relación política alguna.
—Es curioso.
—Yo no lo he provocado.
—¿Seguro?
—Yo siempre he actuado con absoluta honestidad, honradez y limpieza. Es lo único que exijo, nada más. Pero bueno, éste además es tema del que ya hablaremos cuando llegue el momento. Para eso valen los congresos, ¿no?
—¿Lo escribirá en sus memorias?
—No pienso escribir las memorias. Nunca se me ha ocurrido pensarlo.
—¿Le gusta su líder?
—¿Me gusta Mariano? Sí. Tengo muy buena relación personal y política desde hace muchos años. Me parece una pesona muy seria, responsable, que sabe lo que quiere, que está formado, tiene buenas maneras, talante de verdad, es un demócrata convencido y desde luego no se cree Superman.
—¿Qué piensa de Rubalcaba?
—Es un buen político.
—¿Zapatero lo ha hecho lo mejor que ha podido?
—Pues supongo. Creo que lo ha hecho lo mejor que ha sabido.
—Cinco millones de parados es un fracaso, se mire por donde se mire. Dígame usted una pequeña solución para contribuir a mejorar el país.
—Una de las cosas que hay que hacer es cambiar el discurso: aclarar que los puestos de trabajo los crea la iniciativa privada, que hay que proteger a los millones de autónomos que hay en el país. Hay que darles objetivos, crédito y seguridad. El tema es difícil, pero no imposible. Replantearía la construcción. En este país todavía hay millones de españoles que no tienen vivienda.
—¿Su partido podría igualar los 8.000 millones de euros invertidos por Zapatero en León durante los últimos ocho años?
—Yo no los veo por ningún lado, pero vamos.
—¿Qué opina de su inmediato competidor, el cabeza de lista al Senado por el partido socialista, Nicanor Sen?
—¿El alcalde de Cistierna, no? He tenido poca relación con él, pero me parece un buen chico.
—¿Y de José Antonio Alonso?
—Es un tío estupendo y un buen amigo mío; un gran profesional que tiene un porvenir brillante. Le tengo en el más alto concepto en el orden personal y profesional. Políticamente hay discrepancias, pero siento por él un gran respeto.
—¿Por qué cree que emigran los jóvenes de León?
—Porque no tienen empleo, porque no tienen forma de abrirse camino.
—¿Y de quién es la culpa?
—Es, como lo será siempre, del Gobierno, si no lo ha hecho como es debido. Y si un Gobierno tiene cinco millones de parados es que no lo ha hecho bien.
—Aparte del paro, ¿cuál es en su opinión la mayor prioridad de León en este momento?
—Las prioridades son las mismas que en cualquier provincia de España. La provincia es maravillosa, preciosa y yo le estoy eternamente agradecido porque ha sido conmigo supergenerosa. Pero pasa que hay zonas como el Bierzo que está sufriendo la crisis de una forma muy fuerte. Eso es lo importante, lo demás viene en segundo lugar. Si tú no puedes comer, yo no puedo venir a hablarte de filosofía.
—Yo creo por esa misma razón que partidos como la UPL se ven amenazados.
—En el plano ideológico la gente más o menos está cercana. ¿Pero qué es lo que le gusta a los españoles? Nos gusta vivir, disfrutar, poder viajar, tener estabilidad, ver que haces un esfuerzo para que tus hijos estudien y se vayan colocando, se casen, tengan hijos...
—¿Entiende que haya ‘indignados’?
—Claro que sí. Lo comprendo por esta situación de inestabilidad. Es que llevamos mucho tiempo desde que Zapatero anunció que no volvería a ser candidato. Se ha creado un vacío que no tiene ninguna justificación. Hay un deseo irrefrenable de que llegue el día 20, que se vote y a ver qué pasa.
—Pero los ‘indignados’ seguirán ‘indignados’ aunque gobierne el PP.
—Sí, esa es la mezcla. Cuando luego empiezan con actos de violencia, con tópicos... la gente va perdiendo el crédito. El español una de las cosas que peor soporta es la violencia en la calle.
—Usted fue pionero en ser un ‘indignado’. ¿Por qué causa haría hoy una huelga de hambre?
—Pues no lo sé. Los comportamientos vienen determinados por las circunstancias. Hoy tengo muchos años y mis responsabilidades son distintas.
—¿Tienen sus razones los profesores cuando se manifiestan?
—Cuando la gente protesta, alguna parte de razón tiene y conviene atenderla. Conviene dialogar. Puede llegar un límite donde el diálogo no sirva, pero no se puede hacer una revolución para luego sentarte en una mesa y acceder a lo que te pedían.
—En esta legislatura ha sido presidente de la Comisión del Pacto de Toledo sobre las Pensiones. ¿Debería hacerme ya un seguro privado?
—Si puedes, sí. No lo inventé yo, el primero en hablar de ello fue Solbes. Pero pensar en lo que va a ocurrir ya no es ciencia-ficción, sino espiritismo. Las pensiones nunca quebrarán y no lo van a hacer nunca. Si fallan las pensiones, falla la sociedad.
—¿Qué piensa de lo que le ha ocurrido a Francisco Fernández?
—No tengo ni idea, ese tipo de temas... Ha dejado la política y si tiene alguna responsabilidad tendrá que afrontarla. No conozco los entresijos y hablar de memoria de cosas tan delicadas...
—Hablemos de su idea de una reforma electoral. ¿Dejaría, por ejemplo, votar a los inmigrantes?
—Si están arraigados, si forman parte de nuestra sociedad, claro que sí. Y la segunda pregunta que me vas a hacer es si estoy de acuerdo con las listas abiertas, y respondo que sí, desde mañana. Y la elección directa de alcalde, desde mañana. Es la forma de saber quién es cada quién.
—¿A quién perjudicarían las listas abiertas?
—Enriquecerían la democracia.
—Voto en blanco, rojo, azul, verde... ¿Lo importante es votar el próximo domingo?
—Lo importante es participar. El voto en blanco tiene un significado. Hay un derecho que es votar, pero también es un deber el acercarse a las urnas.
—Hubo un momento en que nos creímos que todos éramos clase media...
—Y seguimos siendo clase media. Alguien dijo eso de ‘no respeto más aristocracia que la inteligencia’ y lo comparto. El dinero es tan efímero.
—Y qué me dice del ‘dinero de Dios’, ¿la Iglesia debería autofinanciarse?
—Lo único que digo es que en la declaración de la renta pongo la cruz en la casilla de la Iglesia, porque soy católico.
—Si el PP gobierna la próxima legislatura, ¿cómo cree que abordará el fin de ETA?
—Como se hace en un Estado de derecho. ETA está destruida, ha dejado de ser una preocupación para los españoles, pero lo que hay que hacer es aplicar la ley.
—¿Sin absolutamente ninguna concesión?
—A los etarras los he considerado asesinos y delincuentes comunes, no hay un componente político por más que ellos se empeñen. Hay que tratarlos como al resto de gente que comete un crimen. Entiendo que las víctimas ni perdonen ni olviden.
—Señor Morano, para terminar dígame lo que pasará con usted tras esta legilstura. ¿Pondrá fin a su carrera?
—No me planteo nada, me planteo terminar esta campaña y que los leoneses me den su confianza el 20 de noviembre. Después, Dios dirá.